El club Málaga Valley afronta el inicio de una nueva etapa en esta segunda mitad de año, para lo que contará con Cristina Garmendia, exministra de Ciencia e Innovación con Zapatero, como presidenta para darle un giro más internacional a su actividad de promoción y con una mayor implicación de las empresas en su desarrollo.

El final de la financiación municipal de Málaga Valley, que estaba valorada en 175.000 euros, ha obligado a una profunda reconversión de esta entidad. La salida de Javier Cremades, impulsor de la creación de este club pero muy cuestionado en los últimos años, ha sido el primer paso para cambiar su estructura. La entrada de Cristina Garmendia asegura la participación de una persona de mucho peso y prestigio en el mundo de la innovación.

El 18 de julio es la fecha elegida para el cambio en la presidencia y que dará el pistoletazo de salida a la renovación de la entidad. Cremades quedará como presidente honorífico, aunque el peso para impulsar la actividad será de Garmendia. Su experiencia en el mundo empresarial de la biotecnología y como presidenta de la Fundación Cotec para la Innovación son fundamentales para sus nuevas funciones.

La nueva Málaga Valley tendrá dos cambios fundamentales en su actividad. El primero será de funcionamiento interno, concentrando las reuniones en una única reunión anual, en vez de los encuentros semestrales realizados hasta ahora. Esto permitirá cambiar la organización de estas reuniones, que tendrán una organización más compleja al buscar un mayor peso empresarial y dedicar cada encuentro a un país concreto. Esto enlaza con el gran objetivo de Málaga Valley para los próximos años, como es promocionar la actividad y los empresarios malagueños en el ámbito internacional.

El vicepresidente del Málaga Valley, Antonio Gómez Guillamón, destacó que el objetivo de Málaga Valley será potenciar en esta cita el «marketing ciudad» para aumentar la visibilidad de las empresas locales o de aquellas que han decidido instalarse en Málaga. «El club siempre ha sido una tribuna excelente para hacer relaciones, pero sí es verdad que ha habido siempre mucha carga institucional y ahora queremos reforzar el peso empresarial en las reuniones. Se trata de que la marca Málaga Valley devuelva a las empresas todo lo que ellas están haciendo por Málaga», comentó.

Gómez Guillamón resaltó la importancia de potenciar el carácter internacional del club. «La idea es que el club tenga mucha más exposición internacional, que sea un puente con el que representantes de esas firmas puedan venir a Málaga y conocer su tejido productivo. Aquí hay ya muchos casos de empresas locales de éxito y de empresas de fuera que han venido a instalarse. Exponer todo eso viene muy bien. Es un reclamo para que venga más gente», dijo Gómez Guillamón, que además dirige la firma malagueña de aeronáutica Aertec.

El director general del PTA, Felipe Romera, destacó que la apuesta por la internacionalización coincide con uno de los grandes objetivos de la tecnópolis en su plan estratégico para los próximos veinte años. «Que aparezca la internacionalización como un objetivo de Málaga Valley me parece muy acertada. Es un sector en el que nos jugamos el futuro, porque hay que ser globales, algo que es fácil de decir, pero difícil de ejecutar. Todo lo que sea en este sentido, es bueno», insistió Romera.

Llegada de Garmendia. La llegada de Cristina Garmendia es recibida con buenos ojos por Antonio Gómez Guillamón y Felipe Romera, dos de las voces más autorizadas del Club Málaga Valley. «Valoro mucho que una persona de su categoría, que pertenece al sector innovador, haya aceptado la presidencia. Eso significa que en el Málaga Valley se ha hecho un buen trabajo en estos años», comentó Gómez Guillamón.

Romera resaltó que la exministra «es una de las personas más relevantes en España en la innovación» y está en posición de «marcar rumbos muy interesantes».