­Muchas culturas antiguas lo veneraban. El sol brindaba calor y luz. En última instancia, los requisitos básicos de la vida. La civilización moderna, sin embargo, invirtió los papeles y fue a buscarse su energía en las profundidades del planeta. En 2008, sin embargo, respaldado por las subvenciones, España lideró la revolución de la energía solar. Uno de los principales valedores del sol es Antonio Luque. Investido esta semana como doctor honoris causa por la UMA, el fundador de Isofotón responde a La Opinión.

¿Por qué ya no se escucha apenas hablar de energía solar en España? Lo último han sido los problemas de Abengoa.

Lo que ha pasado es muy sencillo. Es un efecto de la crisis. En España, el boom de la energía solar, desde el punto de vista comercial, se produce porque hay una subvención muy generosa. El kilovatio-hora producido por energía solar se pagaba a 0,5 euros, mientras que el kilovatio-hora de las centrales eléctricas se pagaba, de promedio, a menos de 0,1 euros. Entonces, se produce la crisis y se crea la conciencia de que la energía solar se está pagando muy cara y se retira cualquier subvención. Lo que las autoridades nunca entendieron, es que si se ponía esa subvención tan alta, era porque luego se iba a conseguir abaratar mucho el precio. La fabricación te enseña trucos para reducir los costes y ahora la energía solar podría ser prácticamente competitiva.

Esta visión no debió de gustarle mucho a las eléctricas.

Evidentemente. Porque daña a otra clase de energías. Las compañías de electricidad cuentan con un coste de energía que varía según la hora del día. Las eléctricas tradicionales sólo ganan dinero vendiendo la energía que producen de día. Pero el fotovoltaico les rebaña esta parcela. Y mucho más, cuando tenía la subvención. Entonces, las compañías tradicionales empiezan a sentirse muy amenazadas por esta situación y atacan duramente, a veces con técnicas no honestas, y demonizan a la energía solar.

¿Estas subvenciones no tenían que haber llegado con la obligación expresa de invertir parte de los beneficios obtenidos en la investigación y el desarrollo propio de la energía solar?

Las células solares se pueden mejorar. Las que utilizamos hoy, no son las mejores del mundo. Seguramente se podría haber innovado algo más, pero no hubiera evitado el factor determinante: la entrada al mercado de los chinos. Todas las compañías occidentales de células solares han caído. No queda prácticamente nada.

Pero hubo un tiempo, en el que parecía la inversión perfecta. Cojo un crédito, monto un pequeño parque fotovoltaico en casa y empiezo a vender la energía que produce.

Eso era así en parte. El negocio estaba en hacer una planta solar. Yo tengo una fábrica de quesos con la que gano dinero y ahora voy a pasar a la energía solar. Empiezo a hacer plantas y con éstas, en efecto, vendo con unos rendimientos que superaban el 10 por ciento del capital invertido. No sólo eso, sino que los bancos entendieron que esto era un gran negocio y empezaron a prestar dinero de una manera aparatosa. Llegaban a prestar el 90 por ciento. Podías tener unos 100.000 euros, pero el banco te prestaba hasta el millón. En 2008, España fue el país de mayor mercado a nivel mundial. El capital rendía en orden al 15 por ciento. Eso daba para pagar el crédito y para echarte un buen pico al bolsillo. Era el mejor negocio que había. Hasta que se retiraron las subvenciones y todo cayó empicado.

¿Cree ahora que fue un error subvencionar la instalación de placas fotovoltaicas?

Al contrario. Creo que fue una medida muy buena. El error fue no ligar la subvención a la reducción del precio. Es decir, yo les doy esta ayuda para que investiguen y logren rebajar el precio. En España había 400 empresas instalando fotovoltaicas, pero el resultado fue el que fue. Lo malo es que por el camino hemos destruido una estructura industrial que estaba empezaba a ser muy fuerte.

Hubo peluqueros y fontaneros que de repente se lanzaron a comercializar con energía.

Yo creo que fue muy positivo que los fontaneros y los peluqueros se optaran por a la energía solar. Mire, a partir de ahí, la comercialización es un elemento muy importante de la cadena de valor de cualquier producto.

¿Pero no hubo mucha chapuza en esos parques fotovoltaicos privados? Parecen instalaciones bastante complejas, pero las empresas dedicadas a ello se multiplicaron.

Aquí hay una cuestión. Las grandes instalaciones, que era lo que más había en España, se hicieron con financiación de los bancos. Y la supervisión sobre lo que se instalaba era tremenda. Yo conozco a gente que tuvo que viajar hasta 15 veces a China para evaluar la calidad de las células. La garantía del banco era que las instalaciones funcionaran. Diría que ha habido poca chapuza.

¿Se acabaron las subvenciones y la invasión de placas solares chinas acabó dándole la puntilla al sector?

El daño fue total. No sólo en Málaga sino en todo el mundo occidental. La industria china se ha cargado al mundo occidental. Hasta el punto de que la Unión Europea pide proyectos para reindustrializar Europa de fotovoltaico. Y lo hace porque la energía solar será la fuente de energía más importante a mediados de siglo. Esto significa que el negocio va a ser fabuloso.

¿Las placas chinas tiraron el precio en decremento de la calidad?

No necesariamente. La verdad es que las placas chinas, que están hechas con tecnología europea, son tan buenas como las demás. Hablamos de un producto muy sólido, en el sentido de que una vez que sabes hacerlo, es muy estable La energía solar estaba en satélites, y cuando una tecnología está en satélites, es que es muy fiable. Cualquiera, con un aprendizaje muy pequeño, puede aprender a montarlas.

En Alemania, se ha acordado el cierre de todas las plantas nucleares. ¿Es un proceso inevitable que se extenderá al resto de los países europeos?

No lo sé. El gran problema de la energía nuclear es que no hay uranio. Yo no soy partidario de cerrar plantas nucleares, pero hay que entender la situación del futuro. Hoy tenemos a mil millones de personas en el mundo que son ricas. El resto, se mueve con unos esquemas de consumo muy inferiores. Pero, aunque no lo pueda parecer, asistimos a un enriquecimiento general de la población. Muy pronto, todos tendrán unos esquemas de consumo similares. Eso significa que si ahora ya tenemos dificultades, no sólo con la energía, también con los residuos, es imposible mantenernos con el actual esquema de producción que tenemos. Eso lo sabe cualquier científico de cualquier parte del mundo.

¿Las energías renovables tienen la capacidad para sustituir la electricidad producida por la energía nuclear?

Sin la menor duda. El gran problema con las energías renovables no es el precio. El problema es su carácter intermitente. Como consecuencia de esto, el mayor reto es el de la acumulación, es decir cómo conseguir almacenar en el día la energía para la noche.

En la lucha contra el cambio climático, ¿cómo se puede superar la brecha entre países ricos y países pobres?

Bueno, los países pobres son cada vez menos pobres y los países ricos van a ser cada vez menos ricos. Si los chinos han conseguido desbancar a todas las compañías occidentales de energía solar, pues ya no les veo tan pobres. Vamos a dejar de tener tanta pena con ellos porque la realidad es que nos van a comer.

¿Cree que el crecimiento económico está ligado necesariamente a la emisión de gases de efecto invernadero? Al menos, es lo que nos ha enseñado la revolución industrial.

Es verdad que está ligado. Todo eso habrá que resolverlo y aquí entran en juego las energías renovables. Sobre todo la energía solar. Es un reto por el que no hace falta luchar ni salir a montar manifestaciones. Es algo que va a caer por su propio peso. Los logros de la humanidad, por ejemplo la abolición de la esclavitud, no han venido porque la gente es buena, sino porque había técnicas para evitarlas. Se ha acabado con el servicio doméstico porque ahora hay lavadoras. La tecnología ha sido el mayor motor de progreso para la humanidad.

A día de hoy, ¿qué grado de dependencia existe todavía de los combustibles fósiles como el petróleo o el carbón?

Existe un grado de dependencia muy elevado todavía. Pero eso no quiere decir que vaya a durar mucho. No más de 20 de años. En España, en estos momentos, el 50 por ciento de la energía proviene de energías renovables.

Resulta casi imposible no imaginarse a emisarios trajeados de ExxonMobil o Shell intentando rebatirle la utilidad de la energía solar. ¿Ha sufrido alguna vez las injerencias del lobby de las petroleras?

Yo he tenido algunos contactos con las compañías petroleras, pero nunca me ha parecido que me hayan presionado. En realidad, han sido muchas veces pioneras a la hora de decir las cosas que estoy diciendo. Que nadie se crea que las grandes multinacionales no saben lo que hay. Las que tiene perspectivas de futuro sí se están preparando para ver cómo se pueden mantener.

¿Quién debe de llevar la iniciativa en esta revolución energética que dibuja? ¿Estado o sector privado?

Yo creo que el Estado debe de apoyar y dar un cierto impulso. Pero el dinero que hace falta para mantener la estructura necesaria no lo tiene el Estado. Tiene que poner el germen para que la sociedad se dé cuenta que es algo que tiene que afrontar.

Pero da la impresión que existe una brecha enorme entre la responsabilidad pública y la autoridad de nuestros representantes para implantar cambios.

Creo que eso es cierto. En general, los señores que aparecen en esas cumbres que se celebran por el mundo, y donde se habla mucho, luego no tienen la autoridad para implantar lo que prometen. Lo único que pueden hacer, es crear una situación en la que al sector privado le parezca conveniente apoyar estas energías. Los gobiernos tienen mucho poder, pero no tanto como parece.

¿Quedan todavía voces que intentan minimizar los efectos del cambio climático o, incluso, hacen ver que no existe?

Si hay alguien que intenta hacerlo, científicamente no tiene razón. El cambio climático es algo que se va a producir seguro. ¿Cuánto de grande va a ser? Eso todavía no se sabe.

Entrevista a Antonio Luque, catedrático de Electrónica Física

Entrevista a Antonio Luque, catedrático de Electrónica Física

¿Qué consecuencias podría tener el calentamiento global en concreto para Málaga?

Yo creo que Málaga no va a ser una ciudad que podría ser anegada, como sí le pasaría a media Holanda. Entrar en detalles es muy complicado, pero sí habrá una tendencia a tener más episodios de fenómenos climáticos violentos. Países como Rusia pueden estar contentos. Tendrán mejor clima y mejores condiciones para la agricultura. El cambio climático en unos sitios va a ser malo y en otros sitios va a ser bueno. Pero en su conjunto no conviene.

Volviendo al sol, ¿cree que es la única energía del futuro?

Yo creo que sí. Lo creo por una razón muy sencilla. El sol es la única fuente de energía que produce 8.000 veces la energía que consume hoy día la humanidad.

¿Qué papel puede desempeñar Málaga en el futuro? Es la tercera ciudad de España con más horas de sol al año.

Esta relación es muy relativa. La tendencia era pensar que los alemanes hacían las placas y se montaban aquí. Pero era al revés. Se hacían aquí y se ponían en Alemania. Málaga es muy pequeña para tener un impacto. Estas cosas no se pueden abordar a un nivel tan bajo. Otra cosa es que ciudades como Málaga, Granada o Sevilla se ponen al unísono. Así se podría lograr algo importante. Pero esto no quita que Málaga sea pionera en este aspecto.