Hace semanas que el 27 de noviembre estaba marcado en la agenda de la sanidad. Ayer, decenas de miles de andaluces desafiaron a la lluvia en Granada Huelva y Málaga para exigir una sanidad pública, gratuita y de calidad. En la capital de la Costa del Sol la cifra de asistencia, de 3.000 personas según la Subdelegación del Gobierno, fue notablemente menor que en Granada -45.000- y Huelva -12.000-, y es que las reivindicaciones eran distintas. Mientras en Granada se pide la reordenación de un complejo hospitalario separado por kilómetros y en Huelva dos hospitales completos, en Málaga los convocantes exigían la paralización de la fusión hospitalaria y el tan reclamado tercer hospital.

La convocatoria no estuvo exenta de polémica, antes, durante y , sobre todo, después. Pese a que el convocante de la marcha malagueña pertenece al partido Málaga por Sí -ayer apuntó a que lo hacía de manera individual-, todos los sindicatos se desligaron de la misma, aunque algunos como Satse o Sindicato Médico aplaudieron el gesto. Ni CCOO, ni UGT, ni CSIF secundaron la movilización, que pretendía sentar un precedente por la importancia de la marcha: una sanidad digna para Málaga. Por parte del Colegio de Médicos asistieron varios representantes, entre ellos el presidente, Juan José Sánchez Luque, si bien apuntaron a que lo habían hecho a nivel personal y no institucional.

Mientras PSOE e IU declinaban participar -la primera por motivos obvios-, Podemos y PP se subieron al carro. Pudo verse, aunque no en primera fila, a cargos orgánicos de ambos partidos durante la manifestación, en la que se reclamaron más medios para la sanidad, repartidos en plantilla, recursos e infraestructuras. Por parte del partido morado acudieron Alberto Montero y Juanjo Espinosa mientras que por parte del PP pudo verse a una nutrida representación: el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; el presidente de la Diputación, Elías Bendodo; la parlamentaria andaluza Esperanza Oña; el diputado nacional Avelino Barrionuevo o los senadores Joaquín Ramírez y Manuel Marmolejoy la popular Ana Corredera. Aunque en un primer momento afirmaron acudir a título «personal», más tarde el PP envió un comunicado en el que pidió «más y mejores hospitales y más profesionales sanitarios, «que son los mejores pero que, después de los recortes del Gobierno andaluz, no dan abasto».

Por su parte, el presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, reclamó a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que «escuche» a las «decenas de miles de personas» que marcharon por la sanidad. Así, pidió a la presidenta que dé marcha atrás a la confrontación «permanente» con los profesionales sanitarios.

El PSOE no tardó en contestar. El secretario general de los socialista, Miguel Ángel Heredia, denunció en un comunicado la pinza de PP y Podemos «votando juntos contra eliminar los copagos y manifestándose en una marcha convocada por un independentista». Así, recordó que solo en la provincia se han puesto en marcha cinco hospitales públicos en los últimos 25 años, pese a que el PP afirma que en esos años no se ha abierto ninguno.

«La sanidad no se vende»

Al margen del enfrentamiento entre partidos, la marcha, que antes de partir estuvo a punto de quedarse en concentración a consecuencia de la lluvia, tuvo una duración de dos horas y recorrió la calle Larios y el Parque de Málaga hasta concluir en el Hospital Noble, donde se leyó un manifiesto.

El convocante de la manifestación, Jonathan Andrades, criticó ante la prensa que Málaga sea la última provincia de Andalucía y España en camas y enfermeros por habitante y también la que tiene la lista de espera más larga para intervenciones quirúrgicas.

A lo largo de la marcha, que fue una auténtica marea de paraguas, se escucharon consignas como «la sanidad no se vende», «en Andalucía no falta dinero, sobran ladrones», «PSOE y PP recortan a la vez». Además, los asistentes portaron pancartas en defensa de una sanidad pública digna, gratuita, universal y de calidad, en contra de las privatizaciones, las fusiones y los recortes y en demanda de la construcción del tercer hospital en la capital malagueña.

La Junta de Andalucía también quiso concretar, a través de una nota de prensa, su opinión sobre las marchas. Así, mostró su respeto a la ciudadanía pero quiso expresar que la organización hospitalaria en las tres provincias es diferente. «Seguiremos analizando en cada una de ellas los escenarios posibles para satisfacer las expectativas de profesionales y las necesidades de la población». En concreto, sobre Málaga, la Consejería de Salud apuntó, sobre la reivindicación de que no haya fusión hospitalaria, a que esta «no ha existido nunca ni va a existir en un futuro, ya que el tamaño de la población lo desaconsejó en su momento».

«Lo que sí existe es el trabajo conjunto de equipos profesionales de los hospitales Virgen de la Victoria y Regional de Málaga, a través de unidades intercentros que, de forma voluntaria, han decidido sumar sinergias para mejorar la calidad asistencial que ofrecen a la población. El Servicio Andaluz de Salud ha trasladado a los profesionales la decisión de formar parte de equipos intercentros o de seguir trabajando como se venía haciendo, en servicios independientes en los dos hospitales de la ciudad», dijeron. También recordaron la puesta en marcha del Hospital del Guadalhorce y que el de Ronda lo estará próximamente.