­La situación de la calle Santa María es un caso extremo del problema que padece el Centro Histórico con la ocupación de la vía pública. La estrechez de su trazado y la existencia de numerosos establecimientos hosteleros y tiendas de souvenir ha creado un conflicto con los vecinos. El Ayuntamiento de Málaga, por lo pronto, no renovará las autorizaciones de ocupación de la vía pública para 2017. Estas se solicitan anualmente y para el año próximo se anularán las actuales. Esto dejará libre al paso esta calle, pero también pondrá en cuestión la viabilidad de la mayoría de los negocios allí establecidos.

La idea municipal es que el tratamiento que se le dé a la calle Santa María esté fuera de la norma general de la ordenanza, aplicando un acuerdo de todos los implicados que sirva para alcanzar un equilibrio entre la ocupación de la superficie y el paso de las personas.

Félix Martín Rojas, presidente de la nueva Asociación de Habitantes del Centro (AHC), pone de manifiesto el riesgo que supone la constante vigilancia a los negocios y los límites a su actividad. De hecho, recuerda que ya han cerrado tres negocios en la calle Santa María en los últimos meses por la imposibilidad de poner sus terrazas o las multas acumuladas. El último de ellos es el Restaurante Casa Diego, que cerró sus puertas el pasado fin de semana tras tres años en funcionamiento. Martín Rojas explica que este negocio fue impulsado por una familia de Murcia «que hace tres años invirtió su dinero» en el restaurante «con una plantilla fija de 8 personas». La suspensión de las autorizaciones de terraza prevista para el año próximo por el Ayuntamiento les ha llevado a plantear el cierre, ya que la mitad de sus ingresos vienen de las mesas que tiene en la calle.

Este cierre se une a los del antiguo restaurante Gallo Ronco y Subway, que en los últimos meses dejaron su actividad en esa calle.