­­La Catedral como edificio vivo, contemporáneo, con uso. No como un monumento petrificado, estático, sin función. Juan Manuel Sánchez de la Chica, responsable de importantes actuaciones de conservación en el primer templo de la diócesis desde 2011, acaba de ser nombrado arquitecto de la Catedral por el obispo. El Plan Director, del que es coautor, supone una hoja de ruta que sirve para subsanar las deficiencias y solventar los problemas que presenta el templo, pero también para conseguir la financiación necesaria. No propone una imagen final de la Catedral, pero como arquitecto, no puede evitar desear que el edificio se termine. Algún día.

Siguiendo una cronología de lo ocurrido, prácticamente nada más llegar a la sede malacitana el obispo sorprendió a todos con la frase «no la llaméis Manquita». En seguida encargó la elaboración de un Plan Director en el que usted ha tenido una intervención directa. ¿Qué se aborda en ese plan y en qué consiste? Quizás una visión reduccionista solo contempla la conclusión de la segunda torre. ¿Qué le falta a la Catedral?

Le falta prácticamente un tercio por construir respecto al proyecto original. No solo es la torre. También la terminación de los cubillos -que son cuatro torres más-, la cubierta, la sacristía grande que estaría al norte y la sacristía sur. Pero el Plan Director no es un proyecto y menos aún de termin ación del templo. Es una hoja de ruta, una guía sobre las acciones que se tienen que tomar en la Catedral. Y éstas son de muchos tipos: desde acciones de mantenimiento, de restauración, de difusión y promoción, de investigación... El plan analiza la Catedral y detecta sus necesidades, no propone una imagen final, sino más bien, es un diagnóstico y una propuesta de diferentes intervenciones.

¿Pero no renuncia a la finalización de la Catedral?

Señala problemas que el edificio registra precisamente porque está inacabado. Quizás el más importante sea el de las humedades, ya que la Catedral fue proyectada con una cubierta inclinada a dos aguas que diseñó Ventura Rodríguez en 1564 y hasta ahora se han recurrido a otras soluciones que se han mostrado ineficaces.

¿A quién se le puede atribuir el proyecto de la Catedral de Málaga?

La Catedral de Málaga es un edificio singular, pero no porque esté inacabado y menos aún porque le falte una torre. Su singularidad reside en la integración de diferentes estilos. Cuando estudiaba Arquitectura y los profesores nos explicaban lsa catedrales, siempre acudían a los prototipos de cada estilo. Si se hablaba del Renacimiento, el ejemplo era la de Granada; del Gótico, la de Burgos... Pero ya en el siglo XXI, se estudia también otro tipo de edificios que son muy interesantes por la integración de diferentes estilos, que muestran el esfuerzo de muchas generaciones y de muchas sociedades que trasladan su cultura a una construcción. La Catedral es un valioso monumento, pero también es un documento. Se empezó en 1524 con unas trazas góticas que la mayoría de los historiadores atribuyen a Diego de Siloé, pero que luego se convirtió en renacentista. Entonces era un verdadero acto de valentía, porque era un estilo que en otros lugares no era bien aceptado. Pero como Málaga prácticamente quedó vacía en la Reconquista, podía asumir este nuevo estilo importando de Italia. En ese sentido pienso que la Catedral de Málaga es transgresora. Esa obra se paraliza en 1588, durante el siglo XVII se hizo nada más que el coro y en el XVIII llamaron a José de Bada, que hizo la iglesia del Sagrario de Granada, que ya plantea una arquitectura que, siguiendo los cánones barrocos, es capaz de integrarse con la arquitectura renacentista de la girola. Así que la Catedral de Málaga es un edificio unitario que responde a su vez al estilo de cada tiempo. Es una lección magistral de integración. Y siempre destaco que la seña de identidad de la Catedral está en su columna, que es única en la historia de la arquitectura.

Este resumen sirve para aprender que la construcción de la Catedral ha sufrido muchos altibajos a lo largo de su historia, continuas paralizaciones de las obras y, siglos atrás, se retomaban los trabajos. ¿No debería extrañar que ahora se reiniciara la construcción?

Si en el siglo XVIII hubieran pensado en no acabarla se hubiera quedado como quedó en 1588, tras un parón importante de siglo y medio. Como arquitecto o técnico siempre uno aspira a acabar los edificios. Pienso en todas las generaciones de canteros y arquitectos que dejaron su vida haciendo una catedral que sabían que no iban a ver nunca terminada y me extraña que luego, las generaciones posteriores, no quieran acabarla. A lo mejor piensan en la Catedral como un edificio congelado en el tiempo. Cuando una Catedral acabada sería más útil, tendría resueltos los problemas que ahora presenta, y sería también más bella. Está claro que es un edificio proyectado para ser completo, acabado y simétrico. Y faltándole una torre no cumple ni sus funciones de significado ni de utilidad, porque que la torre esté inacabada hace que deje una herida al aire por la que entra agua.

¿Qué otros problemas, además de las filtraciones, tiene la Catedral por el hecho de estar inacabada?

Tiene también problemas estéticos. Es decir, no alcanza la belleza con la que fue proyectada ni cumple con su función de transmitir su simbolismo. Si vemos los planos maravillosos de Antonio Ramos, que fue junto a Martín de Aldehuela uno de sus últimos arquitectos, nos damos cuenta de cómo no cumple su función constructiva ni con su significado. Es verdad que hay muchas Catedrales inacabadas a las que le falta una torre, así que eso no puede convertirse en identidad. Y también hay muchas catedrales que se han terminado. Por ejemplo, el Pilar de Zaragoza. O la Sagrada Familia, en Barcelona.

¿Es verdad que se pararon por que el dinero previsto se destinó a la Guerra de la Independencia americana o se trata de una leyenda urbana?

Más bien es una leyenda. También se dice que se derivó para hacer carreteras en Vélez o Antequera. Lo único cierto es que se paró, no por ningún motivo ideológico. Quizás porque pensaron en destinar ese dinero a otros asuntos necesarios para la sociedad en cualquier momento.

¿Pero no cree que ese puede ser también el argumento que utilicen quienes están en contra de que se termine, a tenor de las necesidades de la sociedad en esta crisis económica?

Tengo que aclarar de nuevo que el Plan Director no contempla un proyecto para acabar la Catedral, pero puedo opinar desde un punto de vista personal. Está demostrado que la continuación de la Sagrada Familia ha supuesto un gran beneficio económico para la ciudad de Barcelona, la ha situado en el mapa mundial. También desde un punto de vista cultural, porque hay sociedades más modernas, como la norteamericana, que cuando conocen que se está acabando un edificio que se empezó hace 500 años, le llama mucho la atención y vienen a verlo. Creo que sería una gran inversión para Málaga, que no se merece dar la sensación de tener sus cosas inacabadas, como también pasa con el Guadalmedina o con los Baños del Carmen. Y yo creo que el malagueño no es indolente ni pasota. Que la Catedral no esté acabada no puede ser una seña de identidad, es un defecto. Me parece injusto porque es una Catedral maravillosa. Pero insisto que ahora no estamos pensando en terminar la Catedral, sino en obras de restauración para ponerla en valor.

¿Que la Catedral sea BIC limita? ¿No debería ser al revés?

Nos limita sí. Pero para eso está el Plan Director.

¿Ha respondido la Junta?

Entregamos el Plan Director el pasado 19 de diciembre. Es un documento muy extenso, de siete tomos. La Junta necesitará un tiempo importante para estudiarlo. Pero me gustaría insistir que no plantea una imagen final de la Catedral, sino que diagnostica los muchos problemas que tiene el templo. Y yo espero que Cultura lo apruebe ya que creo el plan cumple los requisitos de este tipo de documentos. Hay que esperar a que el Obispado haga público el Plan Director, ya que a mí no me correspondería aún dar cuenta. Pero hay que destacar su importancia, ya que todas las catedrales tienen su plan director, y la de Málaga no la tenía. Quizás por la falta de este documento, la de Málaga es la Catedral que menos subvenciones ha recibido tanto autonómicas, como estatales y europeas. Siempre digo que un plan director ha de ser la primera piedra en esta nueva fase de la Catedral y creo que de forma muy acertada, don Jesús cuando vino encargó la redacción de este importante documento que es un inicio de todo. Se hablan continuamente de la terminación de la torre o de las cubiertas, cuando el plan director es un documento vivo, a décadas vistas, y es autocorregible.

Diego de Siloé, Ventrua Roddríguez, Antonio Ramos, Martín de Aldehuela... y ahora Sánchez de la Chica ¿Qué siente al unir su nombre como arquitecto de la Catedral a los de estos maestros?

El arquitecto es una herramienta en la sociedad. El ejercicio de la arquitectura exige una responsabilidad. Si un cliente me encarga una casita, por muy humilde que sea, tengo una responsabilidad. Aquí se multiplica esa responsabilidad porque se trata del principal templo de la ciudad. Para mí es un gran honor, pero lo más importante es el aprendizaje que estoy recibiendo. Trabajando en la Catedral me doy cuenta de la forma de pensar de estos maestros, de cómo trabajaban, cómo se arrepentían de ciertas cosas y cambiaban de opinión... Es un honor también, como profesor de la UMA, poder explicar esta arquitectura a mis alumnos en la Escuela.

Y cómo levantaron ese monumento cuando antes todo era mucho más difícil y costoso...

Ahora todo es mucho más fácil y todo mucho más barato.

¿Cómo sería una Catedral terminada? Siempre se destaca el coro como joya del Barroco, incluso la presencia de dos importantes órganos gemelos, pero nunca como unidad arquitectónica.

Si se terminara en el siglo XXI o XXII pasaría a formar parte de la historia de la arquitectura, más aún como ejemplo de una Catedral que se ha ido construyendo durante tantos siglos.