El aeropuerto de Málaga recurre cada vez más a la segunda pista. El incremento del volumen total de vuelos y de pasajeros, que este año volverá a romper su techo histórico, ha obligado a las instalaciones a aumentar las jornadas de actividad de la infraestructura, que fue inaugurada en 2012 y, que, hasta el momento, y debido a su elevado coste operativo, sólo era utilizada durante los días de mayor tráfico y exigencia.

En medio de la controversia generada por su apertura ocasional, puesta en relación con el coste global de la infraestructura, de alrededor de 624 millones de euros, los datos hablan de un uso gradual, decididamente en aumento. Si el pasado ejercicio se abrió por primera vez antes del verano, en esta ocasión las cifras apuntan a un récord de continuidad, con aterrizajes y despegues asistidos de manera permanente y una sola jornada de cierre entre los meses de junio, julio y agosto.

La intensificación se refleja ampliamente en el balance de lo que lleva transcurrido de curso. Según la información compilada por Aena, la segunda pista acumula entre enero y agosto un total de 148 días de actividad. Se trata de una cantidad que, a falta de sumar el último trimestre, casi duplica ya a la del conjunto de 2016, que se quedó en 88. Y que está cerca de multiplicar por cinco los números de hace dos temporadas, cuando el año natural concluyó con 32 jornadas con las instalaciones en uso.

Fuentes de Aena recordaron que la evolución entronca con la política respecto a la infraestructura adoptada por el aeropuerto, que siempre consideró la nueva pista como un apuesta de futuro, indispensable para garantizar el crecimiento turístico de Málaga y del propio aeródromo. Las instalaciones permiten elevar la capacidad de respuesta en hora punta, pasando de un máximo de 37 a 65 operaciones cada sesenta minutos.

El hecho de que hayan aumentado de manera tan pronunciada las horas de uso demuestran la buena marcha turística de la Costa del Sol, que ya el pasado año situó al aeropuerto en las cifras más altas de la historia. El pronóstico para este curso es este apartado incluso más halagüeño. De hecho, es más que probable que se vuelvan a rebasar los 16 millones de pasajeros.

La construcción de la segunda pista, que implicó un desembolso de más de 160 millones en requisitos previos y expropiaciones, responde precisamente a la necesidad de dar cobertura a los desafíos del futuro, mucho más ambiciosos desde que se pusiera en funcionamiento la nueva terminal. Según los cálculos de Aena, las infraestructuras actuales permitirían atender al año casi al doble de los pasajeros actuales. La semana pasada el sindicato CCOO criticó con dureza el cierre temporal de las instalaciones, que asoció a la falta de personal del aeropuerto.