El adjetivo «pionero» está tan gastado por su aparición casi diaria en las notas de prensa institucionales que, en su lugar, habrá que decir que Cánovas, periodista, la síntesis de la tesis doctoral de Luciano González Ossorio, presentada esta semana, es un libro «único» porque llena un hueco que se ha prolongado durante siglo y medio.

Todo comenzó hace veinte años en el centro cultural Conde Duque de Madrid. Una exposición conmemoraba el primer centenario del asesinato del malagueño Antonio Cánovas del Castillo. En un apartado sobre su infancia y juventud, el periodista Luciano González, jefe de prensa del Ayuntamiento de Málaga durante 20 años, descubrió un ejemplar del periódico semanal La Joven Málaga, la primera publicación que dirigió un jovencísimo Cánovas de solo 17 años. El ejemplar, se informaba, procedía del Archivo Díaz de Escovar de Málaga.

Picado por la curiosidad, Luciano González visitó el archivo, en el Museo de Artes Populares y allí, en efecto, descubrió La Joven Málaga, pero uno muy posterior, «porque por entonces Cánovas ya tenía 50 años». No era, pues, ese primer periódico de su juventud. ¿Dónde se encontraban los originales?

La búsqueda de este veterano periodista, nacido en Ciudad pero afincado en Málaga desde 1974, llegó a oídos del catedrático de la UMA, Manuel Morales Muñoz, que le hizo entrega de lo que tanto buscaba. «Él me dijo que un alumno suyo, 20 años atrás, le entregó la colección completa de La Joven Málaga, era de su abuelo, que coleccionaba periódicos y libros antiguos».

Con los 14 números de La Joven Málaga, el semanario fugaz del Cánovas adolescente, cuyo primer número se publicó el domingo 6 de abril de 1845, Luciano González supo que debía darlos a conocer en forma de tesis doctoral.

Pero Cánovas, periodista, el libro que el pasado jueves fue presentado en el Salón de los Espejos del Ayuntamiento y ha sido editado con la colaboración de la Fundación Málaga y el Ateneo, va más allá, porque como subraya el nuevo doctor por la Universidad de Málaga, «todos los biógrafos de Cánovas del Castillo hablan del político, también del historiador, pero nada del periodista».

La aparición de La Joven Málaga, de la que se creía que no existía ningún ejemplar, ha sido crucial para completar los estudios sobre el estadista malagueño. Subtitulado «Periódico joco-serio de Literatura», se imprimía en la calle del Marqués y como explica Luciano González, la redacción inicial se encontraba en la Cortina del Muelle,31 y luego pasó a San Juan de Letrán, 12, segundo piso.

La Joven Málaga estaba capitaneada por un Cánovas de 17 años y en la aventura le acompañaron sus amigos Maximino Carrillo de Albornoz y José de Robles y Postigo.

Precisamente, el primer número cuenta con un editorial del propio Cánovas, encabezado por unos versos de Balbuena bastante reveladores de las intenciones del joven malagueño: «A alcanzar con mi pluma a donde quiero/ Fuera Homero el segundo, yo el primero».

Para Luciano González, está fuera de toda duda que Antonio Cánovas del Castillo, «ya era un verdadero líder desde muchacho».

En ese primer editorial, confiesa que un grupo de jóvenes, dotados de entusiasmo, «no hemos titubeado en arrojarnos a la palestra literaria», eso sí, reclama indulgencia «de todos los hombres sensatos y verdaderamente sabios».

Como curiosidad, Cánovas aventura «grandes y extraordinarias mudanzas» en el siglo que le toca vivir, tras la «lucha atroz entre la sociedad antigua y la nueva» desde mediados del siglo anterior, el XVIII.

Además, ese primer número incluye la primera poesía que se conoce de Cánovas, titulada A la ilusión.

El doctor por la Universidad de Málaga detalla que la publicación ofrecía versos, artículos literarios y hasta pequeñas lecciones de historia tan curiosas como una sobre los cuáqueros en dos entregas. «Se ve que había leído algo, le gustó y escribió los dos artículos», cuenta.

Este «material extraordinario», en palabras de Luciano González, evidencia a su juicio que «Cánovas llega a la política a través del periodista».

El libro repasa también toda la carrera periodística del futuro estadista quien, por mediación de un primo de su madre, el famoso Serafín Estébanez Calderón, se marchó poco después a trabajar a la capital de España para allí estudiar leyes y humanidades.

«A los dos años de estar allí se ha introducido en las tertulias literarias, en el Ateneo, ha empezado a conocer gente ilustre de letras y se ha empezado a relacionar», destaca.

Con 19 años, por medio de su tío conoce a Joaquín Francisco Pacheco, que había sido presidente del Gobierno unos meses y quería montar un periódico nuevo. El político pone a prueba a Cánovas con una ejercicio de redacción y, sorprendido por el resultado, sospecha que la mano de Serafín Estébanez Calderón está detrás, «así que sienta a Cánovas en una mesa, le encarga un artículo y cuando se lo entrega le dice: el 1 de enero sale el nuevo periódico, La Patria y tú estás de redactor», cuenta Luciano Alonso.

En La Patria, Cánovas, que ya había publicado algunos versos en el Semanario Pintoresco Español, se revela como crítico literario y sobre todo, como crítico teatral. «Cogió en la redacción un papel más brillante porque eso le obligaba a estar en los teatros todos los días».

Los resultados gustaron tanto que, al año de entrar en La Patria, «lo nombran director... y tenía 21 años», resalta.

Luciano González subraya que, a pesar de que en 1854, al ser elegido diputado por Málaga, entra en política donde seguiría una carrera llena de éxitos, continuó publicando artículos en la prensa española, «aunque ya no comiera del Periodismo».

En este sentido, otra de las novedades de Cánovas, periodista, es la inclusión de 65 artículos que publicó durante su amplia etapa política y que no se encontraban en sus obras completas. «En total he encontrado unos 150 artículos de Cánovas y en las obras completas solo se ha publicado la mitad», informa.Casa natal

Coincide casi la presentación de este libro «único», que deberá ser tenido en cuenta por los futuros biógrafos de Cánovas, con la noticia de que ha sido licitada la redacción del proyecto del futuro Centro Cánovas del Castillo, en el espacio que ocupó la casa natal del estadista en la calle Nuño Gómez. El centro se destinará a uso ciudadano y albergará el espacio museístico Casa Cánovas del Castillo y un centro de interpretación del político. Los terrenos fueron adquiridos por el Ayuntamiento en 2001.

Para Luciano González, con esta iniciativa, «al final se hace justicia». Con Cánovas, periodista, por cierto, también.