Parece que Yanira y su familia están algo más tranquilos tras citarles desde el Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) el próximo viernes para hablar con una educadora social que les ayudará a encontrar una casa, un paso que activan desde la entidad para aquellos que pertenecen al programa FRES (Familias en Riesgo de Exclusión Social) y que no han encontrado una vivienda por sí mismos.

Yanira, su pareja José y su hija de dos años deben abandonar su vivienda desde el viernes pasado, una casa que okuparon y en la que han estado más de tres años. Sin embargo, a pesar de poder optar a la ayuda de alquiler del IMV no encuentran una casa al haber subido los precios en los últimos meses. El propio gerente del IMV, José María López, explicó a este periódico que cuando la familia que opta a la ayuda económica de tres años de alquiler (cada seis meses se reduce la prestación un 10% y supera los 12.500 euros) no encuentra vivienda, se concierta una cita con un educador social para que le ayude en su búsqueda. Una segunda opción que existe pero que el gerente calificó como «flaco favor». «Es una ayuda que no tienen ningún ayuntamiento e incluso pagamos los gastos de la inmobiliaria y la fianza. Deben aprender a buscar una vivienda», sentenció. En caso de que no encuentren casa con ese apoyo, queda la opción de alojamiento de tránsito de emergencia, donde compartirían casa con otras familias en una situación similar.

En la actualidad, cerca de 15.000 familias están inscritas en el registro de demandantes de viviendas de esta entidad que construye viviendas nuevas y compra aquellas del parque público (4.000 en la actualidad) para dárselas a las familias más necesitadas, según criterios de necesidad y tipo de inmueble. Además, Málaga cuenta con 1.200 familias dentro del programa FRES.