Cuatro doctores en Historia han pedido a la Junta de Andalucía que inscriba el Centro Cívico, conocido hoy en día como La Térmica, en el Catálogo General del Patrimonio andaluz, que prohíba cualquier obra no reversible que altere el recinto, incluidos sus jardines, hasta que concluya el expediente y que se notifique todo esto al presidente de la Diputación, Elías Bendodo. La inclusión en este catálogo del Centro Cívico impediría a la institución provincial construir en este recinto el Centro de Estudios Americanos Bernardo de Gálvez, por lo que se abre un nuevo frente de confrontación entre defensores del patrimonio histórico y los políticos.

El estado de conservación del edificio es aceptable, dicen, aunque acusa «diversas reformas que lo han privado de elementos decorativos de interés». También ha venido padeciendo construcciones en el jardín y en los solares contiguos, que han eliminado la visión de las fachadas traseras y laterales. Asimismo, la Diputación anunció hace poco la construcción de un edificio en el jardín delantero, eliminando «caprichosamente y sin sensibilidad alguna, la última perspectiva que permite a los ciudadanos apreciar sin obstáculos la integridad y monumentalidad del edificio».

El inmueble fue proyectado en 1886 por Juan Nepomuceno Ávila, siguiendo la estructura de pabellones que se impuso en la arquitectura sanitaria finisecular. Fue concebido con un diseño de peine, integrado por once crujías que se disponen transversalmente a una crujía mayor. Ello genera una serie de patios, en ocasiones cerrados y otras veces abiertos, algunos de los cuales disponen de galerías porticadas con arcos de medio punto de ladrillo visto. En el interior del edificio, destacan los pavimentos de baldosas hidráulicas con diferentes diseños y los zócalos de los pasillos con azulejería polícroma de cuerda seca.

Las fachadas exteriores muestran el estilo de la reforma acometida por Manuel Rivera Vera en 1907 en la línea del modernismo geométrico, estilo que se contempla en las fachadas principales.

Fue hospital de sangre para acoger a los heridos de la guerra de África. Su inauguración se produjo en 1912 y se convirtió en hospicio para huérfanos, para ofertarles luego talleres de formación profesional (zapatero, carpintero, panadero, artes gráficas). La reina Victoria Eugenia visitó los talleres.

La II República supuso la introducción de medidas por aquel entonces avanzadas y polémicas, como el recreo compartido. Tras la Guerra Civil, acogió a los huérfanos de la contienda y se rebautizó como Hogar Nuestra Señora de la Victoria y en 1988 se convirtió en Centro Cívico.

«La Térmica lleva más de un siglo unido a la historia de Málaga y reúne múltiples valores que lo hacen merecedor de estar inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Andaluz», afirman estos expertos.