El consejero de Cultura del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, destacó ayer en Málaga el compromiso cívico del filósofo Emilio Lledó y su defensa de «una cultura ética esencial para la convivencia». Vázquez se refirió al trabajo intelectual y a la labor pedagógica de Lledó en la entrega del premio Erasmo de Rotterdam de la Asociación Internacional Humanismo Solidario, un reconocimiento otorgado por su defensa de principios como la solidaridad, la interculturalidad y la humanidad.

El titular de Cultura de la Junta señaló que «ante los conflictos y la falta de entendimiento que asola nuestro mundo, sigue siendo esencial fomentar una educación en valores, en torno a principios fundamentales como la justicia, la igualdad, la solidaridad, la generosidad y la amistad». Vázquez señaló que «Emilio Lledó ha puesto siempre su capacidad pedagógica y su profundo conocimiento sobre la naturaleza humana al servicio de una sociedad que necesita de la reflexión pausada y el análisis sereno».

«Sin duda, el pensamiento y la palabra de Lledó han dado lugar a importantes aportaciones desde una cultura comprometida para una sociedad mejor, convirtiéndose en un referente público de los principios éticos, deontológicos y cívicos», indicó el consejero. Así, consideró que el filósofo de origen andaluz es «el gran sabio contemporáneo en España».

Por su parte, Lledó recordó lo que dijo Aristóteles de que «la política es lo más arquitectónico de los saberes porque los abarca todos» y señaló, siguiendo la filosofía aristotélica, que «la decencia tiene que ser la característica de la política». Así, dijo que «si yo me equivoco no importa, lo grave es un imbécil o un ignorante con poder, es terrible, porque influye en toda nuestra vida». Además,calificó la educación como «lo más esencial de la vida», calificando de «escandaloso que se quiera quitar las humanidades».

La Junta le concedió el título de Hijo Predilecto de Andalucía en 2003. Se destacó entonces que «su compromiso con un modelo social avanzado, con un sistema de convivencia democrática y con los valores de un mundo secularizado en el que primen la justicia, la solidaridad, la educación y la paz» La brillantez de su pensamiento, su dominio del lenguaje, su labor investigadora y su contribución al desarrollo de la hermenéutica y de la filosofía griega en nuestro país le han hecho merecedor de las más altas distinciones académicas.