Tras el reciente informe negativo de ICOMOS, el organismo asesor de la Unesco, ahora el proyecto de hotel casino en el Puerto de Málaga ha sido puesto como ejemplo de «mala praxis urbanística» durante las recientes jornadas de la UNEP International Resource Panel, el Panel Internacional de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que se han celebrado en el Rectorado de la Universidad de Málaga del 14 al 20 de febrero, con una treintena de especialistas de 13 países.

En concreto, el pasado día 20, en una de las conferencias abiertas al público para dar a conocer las conclusiones de los expertos, la profesora de Evaluación de Impacto Ambiental y de Riesgos Ambientales del Departamento de Geografía de la Universidad de Málaga, María Jesús Perles, alertó de los riesgos a los que quedaría expuesto el hotel de 135 metros de altura, en la plataforma del Puerto, en un contexto de cambio climático, «en el que los riesgos se van a ir incrementando», declaró a La Opinión de Málaga.

La profesora expuso a los investigadores internacionales, que en la actualidad, la plataforma del Puerto donde se levantaría el hotel, «se ve afectada por el efecto de temporales marinos y de acumulación de precipitaciones in situ cuando se producen lluvias torrenciales», unos procesos de riesgo que, señaló, «se verían claramente intensificados en un escenario de elevación del nivel del mar», algo que «incrementaría igualmente la zona afectable por efectos del tsunami».

En su exposición, María Jesús Perles llamó la atención sobre la altura del edificio, «con una extraordinaria exposición a temporales de viento», capaz de concentrar «un potencial de población expuesta en torno a las 900 personas en una posición aislada, con dificultades de rescate, frente a un evento de inundación, incendio, movimiento sísmico o temporal, ya que el acceso a esta plataforma está limitado a los existentes en el barrio de La Malagueta, un istmo estrecho, con pocos viales de comunicación y densamente poblado».

Por todo ello, la profesora de Riesgos Ambientales concluye que se trata de «un proyecto arriesgado, tanto por la propia tipología del edificio, como por la ubicación».

También resalta como punto negativo que «propicia la concentración de una gran cantidad de población y elementos vulnerables en un punto extraordinariamente expuesto a distintos peligros», que, destaca, «están inmersos en un incremento futuro de parámetros de intensidad».

«Insostenible»

María Jesús Perles señala que se trata de «un proyecto claramente insostenible en la posición que se pretende situar, con una vida útil limitada en un escenario de elevación del nivel del mar y absolutamente contrario a las indicaciones de prudencia y sostenibilidad que se están dando desde organismos internacionales para abordar la situación de cambio climático durante los próximos 15 años», y a este respecto, hizo mención del Marco de Sendai para el periodo 2015-2030.

La profesora finalizó su exposición reclamando a las autoridades «previsión, visión a medio plazo y sobre todo, prudencia» y recordó que aunque haya peligros que escapan al control humano, «la promoción de la seguridad es responsabilidad de los políticos (...) especialmente en una materia tan inestable como la generación de riesgos en un contexto cambiante e imprevisible de cambio climático y elevación del nivel del mar».

Durante la conferencia, la profesora aportó la cartografía del Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU), con las previsiones del alcance de las aguas en la ciudad de Málaga si se produjese una subida de seis metros del nivel del mar, «y el primer sitio afectado sería el hotel», comentó.

«Asombro e incredulidad»

La profesora de la UMA explicó el pasado sábado a este diario que la reacción de los expertos sobre cambio climático al proyecto de hotel en la plataforma portuaria ha sido de «asombro e incredulidad». «Una investigadora estadounidense me preguntó que cómo va a conseguir que una empresa aseguradora les asegure».

A este respecto, María Jesús Perles advirtió de que se puede «disociar el problema dividiéndolo de forma errónea, pues el lugar donde está ubicado el hotel es lo que tiene que garantizar el planeamiento». Por eso, alertó de la posibilidad de que los defensores del proyecto separen la seguridad de la plataforma y en su lugar resalten la sostenibilidad del edificio, «creando confusión, pero es como si situamos a un niño pequeño al filo de un acantilado de 150 metros y decimos que está seguro porque tiene un chaleco salvavidas».

La profesora, experta en evaluación de impacto ambiental, aprovechó para pedir más responsabilidad a las autoridades y subrayó la falta de idoneidad de la evaluación simplificada de impacto ambiental para el hotel porque de esta forma no se analizan los riesgos ambientales que, a su juicio, son evidentes.