El vertido de un producto químico, usado como espumante en la industria cosmética y la fabricación de geles, en un pozo de Miraflores del Palo el pasado mes de noviembre ha reabierto una polémica que mantienen desde hace años la Entidad Urbanística de la barriada y el Ayuntamiento, de forma que los primeros piden al Consistorio que se haga cargo ya del suministro del agua, una rebelión líquida en toda regla, aunque la Administración Local ya ha sacado a relucir una supuesta deuda entre Emasa y la entidad que está, por cierto, en los tribunales.

Una carta de la Asociación de Vecinos de Miraflores del Palo recorre como un reguero de pólvora el barrio. En ella, se explica que el suministro de agua es un servicio público que «le compete a la Administración Local y que, por sustitución, realiza la Entidad Urbanística». Se quejan en la misiva de que el equipo de gobierno les pida que paguen el refuerzo de la seguridad del pozo y destacan que están pidiendo a Emasa que se ocupe del asunto desde 1992. Además, señalan que la Entidad Urbanística ha mantenido los viales, los jardines e, incluso, la instalación eléctrica de las calles, por lo que, sin querer, se ha convertido en una empresa de obras públicas, a lo que hay que sumar el tema del agua. E insisten, por cierto, en que tienen una sentencia de un juzgado de lo Contencioso-Administrativo, ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, en la que expresamente se declara: «La Entidad Urbanística Colaboradora de Conservación de Miraflores del Palo viene prestando el servicio público de distribución y saneamiento de agua, aunque le correspondan a la Administración municipal tales servicios».

Recuerdan en la carta que hay que reseñar «cómo la dejación municipal se extiende también a multitud de vecinos ajenos a la entidad, y que se han de ver afectados por las incidencias, como son los bloques de calle Villafuerte y aledaños, que viéndose privados del agua municipal han de ser suministrados por la entidad». «Desde el Ayuntamiento todo se reduce, al parecer, a una mera cuestión recaudatoria, que en base a la supuesta deuda con Emasa, pretende inyectar capital a dicha sociedad a costa de los vecinos de Miraflores del Palo, sin reconocer ni el coste ni el servicio que se ha venido y se viene prestando desde la entidad».

El gerente de la entidad, Félix Benítez, en relación a la petición del Ayuntamiento para que ellos paguen el refuerzo de seguridad del pozo, destacó: «Si haces algo que no te corresponde y alguien te pide esta medida, la medida las pagas tú. Si la moto es tuya no te la voy a arreglar yo».

«Nosotros tuvimos un problema en cuanto a un vertido y cuando vimos las consecuencias que tuvo y las que podrían venir después del vertido vimos que hacíamos funciones impropias, que cuestan mucho dinero, y vista la responsabilidad que adquiriríamos, estamos pensando en dejar de suministrar agua y lo llevaremos a la asamblea y a la asociación de vecinos», destacó Benítez, quien recordó al tiempo que los vecinos «quieren ser como cualquier ciudadano de Málaga y que ese suministro lo haga Emasa».

Actualmente, la Entidad Urbanística de Conservación da servicio a 455 casas y, además, a otras 400 familias que no pertenecen a la misma. «No recepcionan este servicio porque no tienen vergüenza», se despachó Benítez, quien reseñó que el Ayuntamiento les ha puesto siempre «mil excusas: nos dijeron que no reuníamos las condiciones legales». «Ahora dicen que tenemos una deuda, la ley no contempla que la recepción se haga en base a que haya una deuda o no, ya dirá un juez. Ellos hacen fluctuar esa deuda que dicen que tenemos, unas veces son dos millones de euros, otras cinco, otras cuatro. ¿Cómo vamos a tener una deuda si estamos haciendo su trabajo?», se preguntó.

El gerente de la entidad también se quejó de que Emasa ahora está presentando una serie de reclamaciones de cantidad, de forma que «se ha mercantilizado un problema político». «Esto no es nuevo, nosotros estamos pidiendo que nos releven del suministro de agua desde el año 1992 y vamos a hacerlo», concluyó Félix Benítez.