El Málaga se ha convertido en un animal de costumbres. Incluso se podría decir que es hasta casero, familiar y vive arropado por la figura paternal del vicepresidente. El sentido de todos estos actos: encontrar la tranquilidad y hacer de la victoria una rutina.

De un tiempo a esta parte, desde que aterrizó Abdullah Ghubn en Málaga, el club se ha agarrado con fuerza a todo aquello que desprende buenas sensaciones. Casualidad o no, la llegada del dirigente desde tierras cataríes ha traído la tranquilidad necesaria al club y también los buenos resultados. Pero no todo ha quedado dejado al azar.

Desde la dirección malaguista se pretendía estrechar los lazos de unión en el equipo. Ése era uno de los argumentos con los que Ghubn pretendía revertir la delicada situación malaguista. Y pronto se puso manos a la obra.

Hay tres secuencias que han ayudado a unir fuerzas y que, en parte, sirven de talismán para que el equipo sume a día de hoy dos victorias consecutivas. Se podría decir casi que forma parte de un modus operandi muy supersticioso, pero que está teniendo un efecto positivo sobre el grupo.

El primero de todos es la presencia de Abdullah Ghubn en todos y cada uno de los entrenamientos que ha realizado el equipo mientras él ha estado en Málaga. La figura paternalista del dirigente ha llevado tranquilidad al equipo y ha servido para cargar de fuerza la idea de que hay alguien de peso en el club. Ghubn incluso llegó a bromear entre bambalinas que se planteaba la posibilidad de ejercitarse con los jugadores.

El segundo golpe de efecto es la comida habitual que la plantilla efectúa cada semana. Todo comenzó el primer miércoles que Ghubn estuvo en Málaga tras su desembarco, justo antes de disputarse el encuentro en San Sebastián. El dirigente, tras charlar con la plantilla y ratificar a Pellegrini, se llevó al equipo a almorzar a la Finca La Tosca, en Churriana. Allí se ha conjurado el equipo por la salvación. Se han estrechado lazos de unión y se ha formado la alianza por la permanencia.

El tercer punto es la ´excursión´ en cada desplazamiento. El club, en consenso con los jugadores, desplazó a toda la plantilla a tierras vascas en su choque contra la Real Sociedad, incluido lesionados y sancionados. Esta semana, toda la plantilla también se montará en el vuelo chárter que desplazará al equipo hasta Valencia para jugar contra el Levante. El club, que ha contratado un pequeño avión de 50 plazas, irá encabezado de nuevo por Abdullah Ghubn y con un nutrido grupo en el que estará toda la plantilla y varios componentes del club. Todo sea por ampliar la racha de victorias. Todo sea por lograr la permanencia.