Aunque parezca que sí, no lo es. Aunque parezca que el Málaga debería sumar más puntos en su casillero de los que actualmente tiene -uno- por las sensaciones que ha dejado en las tres primeras jornadas de Liga, no los lleva. Y aunque el Málaga tenga la obligación de ganar y el cartel de favorito esta tarde contra el Rayo Vallecano, ni será fácil ni tampoco acumula privilegios para quedarse con los tres puntos antes de que Hernández Hernández de el pitido inicial.

La visita del Rayo Vallecano a La Rosaleda esconde más dudas y vertientes de las que se podría esperar. Por un lado, se espera que sea el punto de inflexión malaguista para comenzar la escalada en la tabla, que se materialicen de una vez por todas las buenas sensaciones y que se determine, más o menos, el nivel que puede alcanzar este equipo o las cotas por las que puede luchar. Que se aclare el escenario en el que se moverá las próximas jornadas.

Por contra, existe el miedo a no ganar, a no lograr la victoria sobre el conjunto de Paco Jémez, lo que dejaría al equipo de Schuster con uno o dos puntos de doce posibles. Un mal que caería como una losa sobre las ilusiones blanquiazules con el nuevo proyecto que está cargado de juventud, pero también con dosis de inexperiencia.

Sin duda, es una prueba de madurez la que tiene hoy el Málaga. Y aunque parezca una osadía decirlo en la cuarta jornada de Liga, el resultado de esta noche puede determinar el futuro más inmediato del equipo.

No es plato de buen gusto verse inmerso en terreno pantanoso. Convivir en la zona baja no es un habito que llevaba a cabo el Málaga en los últimos años. La agonía de los puntos, la tensión de las ocasiones o el valor de los goles es demasiado pesado. El Málaga, que en los dos últimos años ha llevado chaqué por la Liga, acude esta tarde a la tienda de Primera para saber si se compra un mono de trabajo o un traje de alta costura.

Para la cita, sin embargo, la afición está animada y se espera un buen ambiente en La Rosaleda. Pese a que no habrá confianzas en los hombres de Bernd Schuster, el alemán deberá hacer algunos cambios con respecto a los once que salieron de inicio en el Sánchez Pizjuán.

Schuster buscará hoy un equipo más ofensivo que en jornadas anteriores. La entidad del rival invita a mostrar más sobre el césped que a guardar su propia portería. Pero el «goleador» del Málaga llega a la cita con un importante déficit de descanso tras sus compromisos internacionales. Santa Cruz apenas ha completado un entrenamiento previo al choque y podría esperar desde el banquillo.

Así, el técnico alemán le dará la responsabilidad del gol a Mounir El Hamdaoui. El delantero que llegó hace un par de semanas en calidad de cedido del Fiorentina, que ya debutó contra el Sevilla y que llega con el cartel de estrella, será el encargado de estrenarse hoy en La Rosaleda y de llevar el peso ofensivo ante el Rayo. Junto al holandés habrá más cambios, como la previsible entrada de Eliseu y de Portillo en el once. Con todo, Schuster ofreció ayer la lista de convocados para el duelo con los vallecanos y recupera a Camacho y Samu, pero deja fuera a Duda -sancionado-, Anderson y Weligton -lesionados-, Juanmi y Flavio, que aún no está a punto.

El Rayo, motivado. El Rayo de Paco Jémez ya la lió el curso pasado en La Rosaleda y quiere repetir sensaciones esta campaña. Para ello, el técnico rayista cuenta con algunas bajas, como las del delantero mexicano Nery Castillo y los extremos izquierdos Iago Falqué y José Carlos. Además tampoco podrá contar con el delantero guineano Lass Bangoura, sancionado. Sí estarán los exmalaguistas Seba Fernández y Rubén Martínez, además del malagueño Raúl Baena.