Como cada temporada, el césped de La Rosaleda comienza a dar quebraderos de cabeza. El curso pasado fue más entrado el otoño, pero la cuestión es que hubo que hacer trabajos de resiembra y cambiar los tepes para que el césped malaguista volviera a mostrar su mejor versión. Este curso, tal y como se pudo presenciar contra el Almería el pasado martes, el césped vuelve a mostrar su peor cara con evidentes calvas y acumulación de arena.

Los trabajo de resiembra ya han comenzado, aunque tardarán en dar sus frutos. Y es que el siguiente partido malaguista en Martiricos es este viernes ante el Osasuna (22.00 horas), donde apenas se notará mejoría, pero sí se espera que sea palpable el cambio en el siguiente encuentro de nuevo en La Rosaleda, tres semanas después contra el Celta, programado para el fin de semana del 26 y 27 de octubre.

Benito Mateo, antiguo jefe de jardinería del club -ahora en las filas del Valencia-, estuvo días atrás en Martiricos asesorando sobre las medidas a tomar.