Una semana, siete días, no hay más. El reloj camina imparable hacia el próximo lunes 31 de agosto, justo cuando el mercado veraniego eche el cierre para bien y para mal. El Málaga CF ha realizado siete fichajes -contando a Amrabat- este curso, pero el conjunto blanquiazul aún no ha dicho su última palabra en este tramo final, ya que podría incorporar un jugador. Y las miras están puestas en un delantero o un extremo.

La realidad es palpable y se pudo testar el pasado viernes ante el Sevilla en el estreno liguero. Si el Málaga juega con dos delanteros de salida, las balas en la recámara escasean. Lo saben en el club y pretenden ponerle remedio en estos siete días que quedan para el cierre definitivo.

Sin embargo, Javi Gracia también se ha pronunciado públicamente y su petición es la de un extremo más, un hombre de banda que pueda desequilibrar y aportar su juego pegado a la cal. El míster, de hecho, no contó el pasado viernes con Tighadouini -un hombre que sí parece específico para esa función- e incluso llegó a colocar en su posición a Juankar, que no le hace ascos al sitio ya que se ha desempeñado ahí a lo largo de toda su carrera, pero que desde que llegó a Málaga había jugado todos sus minutos de lateral izquierdo.

Husillos, antes, en su comparecencia pública del miércoles anunció que de afrontar un fichaje previsiblemente sería el de otro atacante. De cualquier modo, en el club están convencidos de acudir al mercado para comprobar si es posible una nueva incorporación.

No han trascendido nombres de jugadores que podrían llegar al Málaga como refuerzos de última hora, pero la intención es la de buscar un perfil de un jugador que llegue cedido, con el mínimo gasto. Y es que el límite salarial que impone la LFP sigue apretando y tiene al conjunto blanquiazul contra las cuerdas.

De cualquier modo, el club también recela de los últimos días de mercado en el capítulo de salidas. Desde Martiricos no esperan ninguna baja, pero temen que una posible reacción en cadena de los últimos días de mercado pueda provocar la llegada de una oferta irrechazable. El club ya lidió el curso pasado con esta tesitura en el caso Darder con el Oporto. Por el momento, espera seguir diciendo «no».