Los hechos acontecidos en los últimos diez en torno al Málaga CF dejan claro que el club es un caos a nivel interno. La comunicación no es nada fluida, más bien todo lo contrario, entre los diferentes estamentos del club y las informaciones que se vierten desde la directiva y la propiedad, por ejemplo, distan mucho de parecerse. De ahí que se palpe a leguas el nerviosismo que corre estos días por los despachos de la planta noble de Martiricos.

Nadie sabía a ciencia cierta qué puede estar pasando en estos momentos por la cabeza del jeque Al-Thani. Muchos de los actuales dirigentes trabajan día a día con la inquietud instalada en su mente de que en cualquier momento puede llegar un mensaje de Catar exigiendo su cabeza. Y eso tiene que ser insoportable. Porque lo que un día es blanco en los pensamientos del sheikh Al-Thani, al día siguiente puede ser negro, y viceversa.

Tampoco llega con claridad qué ocurrirá en la parcela deportiva si este sábado no se saca el partido adelante frente al Granada. Mientras ayer en las páginas de La Opinión el sheikh salía en defensa de Javi Gracia y mostraba su total apoyo, desde otros puntos lo ven más fuera que dentro, incluso ganando al conjunto nazarí.

Pero si llega el momento de decidir qué hacer con Gracia, ¿quién tomará la decisión? ¿Lo hará el propio Al-Thani a miles de kilómetros de distancia? ¿O será Vicente Casado como máximo dirigente de la entidad aquí en Málaga? ¿O quizás será el director deportivo, Mario Husillos, al que han dado «vacaciones» esta semana y puede tener los días contados, con el mercado de invierno a la vuelta de la esquina?

Sin duda, un cúmulo de despropósitos que ojalá no acaben con la peor noticia a final de temporada. Mientras, nos encomendamos a Dios...