El Málaga no pudo conseguir ayer en Las Palmas su quinto triunfo consecutivo e igualar así su magnífica racha victoriosa de la pasada temporada y de la era galáctica de Pellegrini, pero sumó un punto en el feudo de un rival directo que le sirve para ampliar a nueve su renta con los puestos de descenso y asentarse en la zona media de la tabla con un colchoncito de 24 puntos.

El conjunto de Gracia supo rehacerse al golpe encajado en los primeros minutos del segundo tiempo, cuando Tana adelantó al equipo amarillo con un lanzamiento lejano. Roque, en el minuto 72, aprovechó una buena jugada conjunta del Málaga para establecer la igualada, estrenarse como goleador en Liga esta temporada y desquitarse de un fallo anterior que debió ser el primer tanto malaguista en Las Palmas.

Y es que, el karma ha cambiado de manera radical en este equipo. Hace poco más de un mes, si un rival se adelantaba contra el Málaga el sentir general era de que los de Gracia no tenían capacidad de reacción, pero desde la remontada conseguida en Vallecas la cosa ha cambiado exponencialmente.

Ahora, el eufórico estado de ánimo en el que vive el Málaga, le permite no echar de menos a tres jugadores vitales para el grupo en lo que va de curso: Charles y Amrabat, goleador y jugador franquicia, ambos sancionados; y Juankar, veloz y sacrificado en banda, lesionado para tres meses.

Hace seis partidos, no contar con estos tres efectivos hubiera supuesto un drama, pero la buena dinámica que maneja el grupo mitiga todos esos detalles, que siendo muy importantes, no afectan tanto como cuando la depresión estaba instaurada en Martiricos.

Porque este revitalizado Málaga comienza a tener pinta de equipo fiable. Los números le avalan y las sensaciones, también. Gran arranque del equipo ayer, con el esquema 4-4-2 más visible que nunca, con buen fútbol y ocasiones de Duje Cop que desconcertaron al conjunto amarillo en el inicio.

Aunque lo cierto es que tras una buena ocasión de Araujo en el minuto 17, que no llegó por milímetros a un centro peligrosísimo a pierna cambiada de Jonathan Viera, el Málaga se recogió la melena y prefirió esperar más a Las Palmas y no salir tan en tromba como al principio.

Aún así, el conjunto de Javi Gracia se mostró cómodo dejándole la iniciativa al rival, que tampoco mostró mucha capacidad para hacer daño a la bien plantada defensa blanquiazul. Albentosa sigue creciendo en el centro de la zaga y volvió a ser un muro en los primeros 45 minutos junto a un Weligton que los 200 partidos como blanquiazul le han sentado de maravilla. Camacho tampoco dio tregua en la medular y rebañó todo balón que se acercaba por su radio de acción. Eso sí, el árbitro le mostró una amarilla de risa en la primera falta que cometió. El maño es internacional, uno de los capitanes del Málaga, con una dilatada experiencia en Primera División... argumentos más que suficientes para que gozara de muchos más galones de los que tiene entre el estamento arbitral.

Por su parte, la puesta en escena de Chory Castro en su debut con la camiseta del Málaga fue esperanzadora. En el minuto tres ya dejó su sello de calidad con un centro medido desde la izquierda que Duje Cop no supo cabecear a gol. Y es que, el remate del croata no estuvo a la altura del caramelito que le puso el flamante fichaje blanquiazul. Eso sí, el uruguayo acusó la paliza que se dio sobre el pesado césped del estadio canario y se marchó del partido en el minuto 75 muy acalambrado. Lo cierto es que el Chory tiene los automatismos del Málaga CF bien asimilados tras sólo tres entrenamientos con el equipo. Su dilatada experiencia y conocimiento de la categoría ayudan mucho para ello.

La segunda mitad comenzó como un calco de la primera, con una internada de Castro por la izquierda, centro medido y cabezazo demencial de Roque Santa Cruz cuando el malaguismo ya celebraba el tanto. El paraguayo, cuyo fuerte es el juego aéreo, no suele fallar esos regalos.

Lo malo es que a renglón seguido de esa ocasión errada, llegó el tanto de Tana desde la frontal. El jugador amarillo ya avisó minutos antes con un lanzamiento similar, pero a la segunda ajustó la mirilla y el tiro se coló por el palo derecho de Kameni.

Mazazo para el Málaga y chute de autoestima para los amarillos, que no habían hecho méritos para ir por delante en el electrónico. Eso sí, el equipo costasoleño no se amilanó ni se volvió loco. Siguió fiel a su idea inicial y pronto llegó el premio a su fe infranqueable con el golito de Roque Santa Cruz, que acabó exhausto.

Incluso, la moral que supone llevar seis partidos seguidos sin perder -siete ya-, espoleó al equipo en busca del triunfo y finalizó el partido arrinconando a Las Palmas.

Al final no pudo ser, pero las sensaciones que dejó el equipo volvieron a ser más que buenas para acabar la primera vuelta con 24 puntos en el zurrón, una progresión que le hará conseguir el objetivo de la permanencia sin muchos problemas.