Juande Ramos llegó, habló y venció. Su segunda etapa en el Málaga CF ha comenzado con paso firme, ambicioso y muy lejos del mensaje conservador que hace 12 años mantuvo en el mismo escenario durante su presentación.

Acompañado por la plana mayor del club, con el jeque Al-Thani y su representante Ginés Carvajal a la cabeza, apareció el manchego en la sala de prensa de Martiricos y le bastaron tres respuestas para enganchar al malaguismo y hacer olvidar a Javi Gracia de un plumazo.

Y es que todo lo que sea hablar de Europa pone «cachondo» al malaguismo y Juande supo tocar esa fibra sensible en su puesta de largo. Y no fue de cara a la galería. En el ADN de entrenador del manchego ya no entran proyectos medianos ni permanencias. Ambición y Europa como bandera.

Sorprendido por el gran cambio al que ha sido sometido la que va a ser su casa durante tres temporadas, el nuevo técnico fue vitoreado por más de 200 aficionados que acudieron entregados a su presentación. Al grito de ¡Juande, Juande!, la afición le recibió con las manos abiertas y pese a su visible seriedad, el técnico se contagió de la euforia para darse su primer baño de masas blanquiazul al que no faltó el «Mocito», que le regaló un rosario que Juande aceptó encantado.

Un entusiasmo sobre el césped al que no pudo resistirse el jeque Al-Thani, que se lanzó a la multitud para inmortalizar el momento como si de una estrella de rock se tratara.

El catarí, buen amante de un sarao y de una foto, quiso compartir protagonismo y la afición le instó a que tras firmar a un entrenador «top», trajese de nuevo al Málaga a estrellas del balompie como el exmalaguista Santi Cazorla. Comienza una nueva etapa en el Málaga con la ambición como nombre y Europa de apellido.