«Contra el Sporting será un partido muy especial», aseguraba Jony Rodríguez en los días previos al partido que le iba a medir contra el equipo de su tierra por primera vez, ya en las filas del Málaga CF. Pero no fue el reencuentro soñado para el extremo zurdo, flamante fichaje blanquiazul para esta temporada, al que Juande sacrificó a los 35 minutos de partido en busca de soluciones para darle la vuelta al resultado adverso que en ese momento brillaba en el electrónico (0-1).

Juande Ramos no se lo pensó, tras el gol del Sporting puso a calentar a Michael Santos. El manchego no iba de farol y ejecutó el cambio tan convencido de su decisión como tan convencido de la polémica que se iba a generar.

Y así fue. La sustutución sorprendió a propios y extraños, pero sobre todo al bueno de Jony, que al ver su dorsal en la tablilla del cuarto árbitro echó a correr hacia la línea de banda. Saludó protocolariamente a Santos y con un enfado latente se marchó al vestuario sin pasar por el banquillo.

Jony se marchó muy cabreado y rápidamente Duda fue a buscarlo para calmarlo y traerlo de vuelta al banquillo para que siguiera el resto del partido con el resto de sus compañeros.

Y es que el extremo asturiano no tenía ganas de nada después de sentirse señalado por su entrenador como uno de los culpables de la pobre puesta en escena del Málaga ante un Sporting que se adelantó en el primer acercamiento que tuvo al área de Carlos Kameni.

El público de La Rosaleda, en su gran mayoría, tampoco entendió el cambio del futbolista asturiano y se escucharon pitos desde la grada ante la, cuanto menos, controvertida decisión del entrenador blanquiazul.

Pero lo cierto es que si el análisis realizado es resultadista, el cambio puede decirse que fue acertado, ya que el Málaga acabó ganando el partido. En todo caso, Juande Ramos demostró mucha personalidad al tomar esa decisión. Jony no estaba siendo el peor, ni mucho menos, del Málaga hasta que fue sustituido. Además, el asturiano jugaba con su fútbol y con el corazón en una fecha que había marcado en rojo desde que el calendario de la Liga se anunció durante el mes de julio.

«Cuando una cosa no me gusta y pienso que se puede solucionar no me gusta perder tiempo y he decidido hacerlo en la primera parte. El equipo no estaba funcionando bien y había que buscar soluciones tácticas. No tengo que esperar a la segunda parte o al descanso», explicó Juande Ramos con frialdad en la rueda de prensa posterior al partido.

¿Y qué es lo que no le estaba gustando al míster malaguista de la puesta en escena de Jony? El zurdo volvió a partir desde banda derecha en el dibujo táctico de Juande Ramos. Jugó 35 minutos y en ese tiempo quiso lucirse ante sus excompañeros. Salió extramotivado, lo que le llevó a compaginar alguna acción destacada con fallos propios de la sobre excitación del momento.

Así, intentó un disparo a puerta que fue taponado por un defensor rival (22´), completó 10 pases, pero perdió 11 pelotas entre regates errados y pases interceptados por el rival. Además, el asturiano forzó dos faltas y recuperó un balón pegado a la línea de cal que arrancó el aplauso de las gradas. Para todo eso dan 35 minutos de juego.

Lo cierto es que Jony, muy molesto ayer por el cambio, salió a toda velocidad del estadio y con cara de pocos amigos prácticamente a la par del momento en el que Gil Manzano pitaba el final del partido. Ahora, con dos días de descanso y tiempo para que se apacigüen las aguas, desde el club esperan que este encontronazo entre míster y un jugador llamado a ser clave, no llegue a mayores.