La resaca del partido en Riazor dejó un poso amargo en el malaguismo. La imagen decepcionante del pasado sábado, donde el Málaga CF recuperó su peor versión para caer de nuevo en los brazos de la desidia y la indolencia, debe encontrar hoy una respuesta en Martiricos a la hora de la «tapita» y ante un rival que desencadena emociones fuertes en la parroquia blanquiazul.

Con la temporada ya encauzada hacia el final de curso y con la salvación virtual en el bolsillo, el Málaga CF tiene la obligación moral de ofrecer una buena imagen ante sus aficionados. Y el partido de esta tarde es una magnífica oportunidad para recuperar el terreno perdido en el corazoncito malaguista.

Primero porque, y aunque no lo parezca, la próxima temporada ya ha comenzado a jugarse en los despachos y también en el entorno. El malaguismo está ávido de ver cómo evoluciona el curso que viene con Míchel a los mandos del proyecto. Y su mensaje en ese sentido ha sido claro: la temporada que viene ya ha arrancado.

Lo que suceda en este tramo final de Liga tendrá una consecuencia directa en el proyecto que arrancará en julio. Un discurso claro que ha llegado a todo el mundo, desde los jugadores hasta los aficionados, y que se espera que haga reaccionar a la plantilla.

El segundo punto tiene más tintes deportivos. Y es que la rivalidad que en los últimos años ha existido entre Málaga y Valencia convierte el duelo de esta tarde en un partido con aroma especial. No es un partido más para el malaguismo. No es un rival cualquiera. Y más, si cabe, por las «ganas» que se tienen entre ambos clubes de un tiempo a esta parte, desde que Al-Thani fichó a golpe de talonario a Isco y Joaquín, hasta el interés que ahora existe desde el club de la ciudad del Turia por Camacho y Pablo Fornals.

Es cierto que Málaga y Valencia no llegan en su mejor momento histórico y que la temporada de ambos es para olvidar. Pero llegan a la cita con mucho que demostrar y con ganas de agradar, por lo que convierten el duelo en un partido sumamente atractivo.

Para la cita Míchel vuelve a recuperar a Ricca, José Rodríguez y Ontiveros, aunque está por ver si pasan a la titularidad de golpe y porrazo. El que sí ha pasado del once a la grada es Mikel Villanueva, que es una de las bajas con respecto a la debacle de Riazor, al igual que Duda y Michael Santos, que se quedan también fuera.

La duda es saber si Míchel seguirá moviendo el once titular y ofreciendo alternativas, una vez que ya ha empleado a todos sus jugadores disponibles, o si busca estabilidad en su equipo.

El rival, en crecimiento

El Valencia, por su parte, llega a la cita después de sumar un buen puñado de buenos resultados en sus últimos compromisos. Y es que la llegada de Voro al banquillo valencianista ha dado estabilidad y tranquilidad. El equipo che ha ganado tres de sus cuatro últimos partidos y el otro lo ha empatado contra el Sevilla. Aymen Abdennour, Rodrigo Moreno y José Luis Gayà, las únicas bajas con las que cuenta el Valencia para visitar al Málaga. Una plaza donde el conjunto che ya ganó el año pasado.

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