Crónica

Málaga CF 0-0 Real Murcia: Atraco en La Rosaleda

20 minutos esperpénticos por parte del colegiado extremeño Antonio Sánchez Sánchez acaban con el buen partido de fútbol que se vivió en Martiricos y del que los dos equipos se pueden ir descontentos, unos claramente más que otros, porque el punto es insuficiente

Un penalti a Víctor García -cada vez más dudoso- y una expulsión injusta a Ferreiro inclinaron el encuentro

Beatriz Tocón

Beatriz Tocón

Mira que ha habido decisiones contradictorias en La Rosaleda, que bien podrían haber caído de un lado u otro, pero lo de este domingo no tiene explicación. Los seres humanos cometen errores, pero hacerlo a conciencia es de una gravedad muy importante. Ahí se le fueron los tres puntos al Málaga CF. Perdón, ahí le quitaron los tres puntos a La Rosaleda ante un Real Murcia (0-0) que bien se puede marchar muy contento según lo visto en el césped.

Todos sabíamos que el no tener VAR era uno de los grandes peligros de la categoría. La mala noticia es que todas las revisiones podrían haber caído del lado blanquiazul porque lo merecieron. Primero fue el penalti no señalado -muy dudoso por las imágenes- a Víctor García y después vino la expulsión por doble amarilla a Ferreiro, que claramente toca balón. Fue lo más evidente, pero un grano de arena acaba formando una montaña.

Ocasiones sin peligro

Lo peor es que durante 70 minutos pudo disfrutarse de un buen partido. Era más que evidente que el gol iba a ser una codicia y no hubo. Fue una batalla digna de dos equipos que quieren estar en el play off al término de la temporada regular. Encuentro muy físico y sin ocasiones claras para nadie. Importante el arbitraje, pero habrá que hablar también de la efectividad de los de Sergio Pellicer y su capacidad de llegada.

El Málaga CF - Real Murcia, en fotos

Roberto, en su particular batalla con la defensa rival. / Gregorio Marrero

El punto de inflexión pudieron haber sido los últimos 15 minutos antes del descanso. Con el aterrizaje del sol en La Rosaleda, también llegaron las ocasiones de peligro para el Málaga CF. Abrió la batería Kevin y tras él llegaron Genaro y Roberto. El Real Murcia estaba completamente encerrado, pero tampoco tuvo Manu García grandes intervenciones. El malagueño y el sevillano volvieron a amenazar el empate. Acabó mucho mejor el equipo, pero se le quedó algo lejos el gol

El resultado no le servía a ninguno, así que algo de emoción tenía que haber en la segunda mitad. Las oportunidades seguían estando ahí, pero acababan, si es que acababan, en el limbo. Los de Pellicer necesitan sumar marchas, aunque... ¿de forma tan sorprendente? Entraron Dioni, Ramón y Ferreiro por Roberto, Genaro y Larrubia. Media hora por delante sin el máximo goleador.

Comenzaba una nueva batalla, La Rosaleda entendió que había que contribuir desde cada asiento y el partido cambió por completo. El Málaga CF volvió a disfrutar de cinco minutos de éxtasis que desaprovechó. El estadio comenzó a rugir como no lo había hecho hasta entonces, los huecos eran inmensos en el terreno de juego, pero las necesidades comenzaban a crecer a un ritmo diferente al que lo hacía la velocidad en las piernas.

El Real Murcia también empezó a jugar su papel y perdió tiempo con 20 minutos para el final. Ya no había frescura para llegar a esos balones sobre la línea. Pellicer intentó darle un vuelco al encuentro con la entrada de Aarón Ochoa por Manu Molina. Aunque fue Ferreiro el que a punto estuvo de volcar la ciudad entera con un zurdazo que solo rechazó el larguero. El principio del fin.

Protagonismo arbitral

Pero es lo que vino después fue uno de los mayores errores intencionados que se han visto en los últimos años. Se quedó Víctor García solo ante la portería y un defensa torpedeó al blanquiazul que ya estaba dispuesto para chutar. La primera. Y la segunda llegó con la doble amarilla a Ferreiro, que acabó expulsado. Por cierto, la segunda fue por una acción en la que muy claramente despejó el balón.

El Málaga CF - Real Murcia, en fotos

La Rosaleda acabó enfurecida con el arbitraje. / Gregorio Marrero

A partir de ahí, no hubo nada a favor del Málaga CF. Nada. Con clara conciencia de ello, todo cayó del lado rival: cada contacto, cada forcejeo, cada batalla. Ese mismo árbitro que durante la primera parte dejó jugar. Hubo incuso que dar las gracias de que llegara el final. Con estos precedentes, ¿qué habría pasado? Nadie lo sabe. Con todo, fue el Málaga CF el que acabó sufriendo y el que acabó despejando balones de su área.

¿Resultado injusto? Opiniones habrá de todo, pero al partido le faltaron 20 minutos de igualdad y eso no hay nadie que lo devuelva. Al menos, el Ibiza perdió.