La demanda por los SUV no tiene fin. Las cifras de ventas siguen creciendo. Algunas voces del sector apuntan a que ya mismo puede convertirse en el segmento predominante. Una mirada al pasado ratifica esta tendencia. Si en 2010 las cifras no llegaban a las 40.000 unidades vendidas, en 2016 ya se bordea las 200.000. En 2018 se podría rebasar esta frontera. Opel no renuncia a parte de su pastel. Por ello, el mes de junio se convierte en un mes de estreno para dos modelos de la marca alemana. El Mokka X y el Crossland X. El Crossland, además, es el resultado de una primera colaboración entre Opel y Peugeot. Una colaboración, en todo caso, que ya estaba prevista antes de que se abordara la compra de Opel por parte de los franceses.

Como un compromiso entre SUV y Minivan el hermano del Peugeot 2008, con una longitud de 4,21 metros, está llamado a fidelizar a los clientes del Meriva y ganar a aquellos a los que el Mokka pudiera resultarle demasiado marcial. El Crossland tiene una línea más blanda y juega, como el pequeño Adam, con una pintura a doble color que entra muy bien por el ojo. Además, ofrece más espacio que el Mokka, a pesar de ser más compacto.

No hay, sin embargo, una tracción 4x4. Solo una tracción delantera impulsada por un cambio de 5 y 6 marchas. Los motores vienen de Peugeot y como motores de gasolina existen tres modelos. En gasolina, hay tres motores de 1,2 litros con 81, 110 y 130 caballos. El motor básico viene sin turbo. El turbo de 1,6 litros viene acompañado de seis marchas. La variante diésel de cuatro cilindros, con 99 o 120 caballos.

La oferta espacial convence. Como extra, los asientos traseros son variables y el espacio va de los 410 hasta los 1.255 litros. El precio de entrada supera ligeramente los 16.000 euros. Todo un anzuelo.