La crisis económica ha hecho que la pérdida de empleo se convierta en uno de los principales problemas de las familias españolas. El reto, para algunos, es llegar a fin de mes, y para unos pocos el drama es que tienen que decir adiós al hogar en el que llevan viviendo años, porque ya no pueden pagarlo.

Éste es el caso de David Díaz y su familia, que viven en la calle Santa María número 2, en Vélez Málaga, en el antiguo barrio de la Villa. Con mujer, un hijo de cinco años y una hija recién nacida hace dos semanas, David tendrá que abandonar su casa en un plazo de veinte días ya que será embargada por el banco ante el impago de la hipoteca desde hace dos años.

"Tendría que pagar casi mil euros mensuales y no puedo hacerlo ya que tengo otros gastos que también son importantes, y ahora con una hija pequeña, más todavía", apunta Díaz en el interior de su vivienda, en la que llevan viviendo desde hace cinco años.

La realidad era bien distinta hace tres años para este joven de 25 años, electricista de profesión. "Estaba trabajando con una máquina excavadora en el sector de la construcción; cobraba 1.500 euros mensuales, más las horas extra, y no tenía una hipoteca tan alta". En aquel entonces, a sus veinte años y con un trabajo, no necesitó aval para poder adquirir su vivienda.

El decrecimiento en las ventas de viviendas y el fin del ´boom´ inmobiliario hicieron que David Díaz, igual que otros muchos trabajadores del sector, fuera al paro. "Estuve un año cobrando el desempleo, pero con apenas 600 euros mensuales no podía pagar la hipoteca, ya que éramos tres en casa y había que pagar comida, agua, luz...", apunta Díaz.

Hace unas semanas, también le cortaron el agua en su vivienda, situada a espaldas de la iglesia de Santa María, debido a que no podían pagarla. "Si tuviera trabajo, no tendría estos problemas" asegura Díaz.

Precisamente, la pasada semana, la abogada les comunicó que el banco procedería al embargo de la vivienda y que a día de ayer, a las diez de la mañana, debían estar fuera de la casa. Sin embargo, les han concedido un plazo de veinte días para proceder al desalojo.

"El banco nos pide 20.000 euros, pero ahora mismo pagar esa cantidad es completamente imposible, teniendo en cuenta que con cuatro ´chapuzas´ que hago y algún día que otro en el campo, apenas nos da para vivir", afirma el joven desesperado.

La familia Díaz tendrá ahora que vivir de alquiler, y lo hará en la zona de Rubeltor, también en Vélez Málaga, donde tendrán que pagar unos 400 euros mensuales, aproximadamente.

Ayer por la mañana, representantes de la Asociación de Parados Bahía de la Axarquía se concentraron frente a la vivienda y frente al Ayuntamiento de Vélez Málaga. Uno de las propósitos de este colectivo es mediar entre las entidades bancarias y los desempleados en caso de embargo de la vivienda por impago de la hipoteca.