­Los ladrones ya no se esconden en la noche y salen a plena luz del día a llevarse todo lo que encuentran a su paso. En menos de un mes desde el inicio de la campaña de la aceituna, los agricultores de Fuente de Piedra y Humilladero han sufrido hasta cinco robos de máquinas como peines vibradores que se usan para varear los olivos.

Los cacos aprovechan el momento en el que la cuadrilla trabaja lejos de los vehículos, donde dejan el resto del equipo de trabajo, camuflándose con el sonido de los aparatos en funcionamiento, para sustraer la maquinaria.

«El descaro es tremendo. Difícilmente se coge a los ladrones porque la persona que está trabajando no está pendiente del coche donde hay otras máquinas», apunta el presidente de la Cooperativa Virgen de las Virtudes de Fuente de Piedra, Juan Ramón Bernal, quien resalta que los equipos cuestan entre 1.200 y 2.000 euros.

Este robos no son nuevos, pero ahora son más seguidos y numerosos y a plena luz del día. En este sentido, Bernal señala que los ladrones «saben perfectamente donde se encuentran las máquinas y van directamente a por ellas», por lo que sospechan que tienen informadores cerca de las fincas. «Si abren un cajón concreto de un remolque y cortan el candado o rompen el cristal eso es porque alguien le ha dicho donde está la máquina», lamenta el presidente de la cooperativa.

Los robos, tres en Fuente de Piedra y dos en Humilladero, han provocado que los agricultores no sólo vigilen su cosecha sino también la maquinaria de mayor valor. Un escenario que en ocasiones les ha llevado a ponerse en peligro: «Hace unos días un agricultor pilló al ladrón y lo persiguió con el coche poniéndolo a más de 100 kilómetros por hora en un camino en malas condiciones y poniendo su vida en peligro», indica Bernal.

Robos para realizar más robos. El presidente de Asaja Málaga, Baldomero Bellido, afirma que el robo de maquinaria persigue luego el robos de aceitunas a la caída de la noche. Por ello, hace hincapié en la necesidad de avisar a los talleres de reparación «con el número de registro y de serie de cada máquina para identificar a cada agricultor y que el distribuidor alerte a la Guardia Civil si ve algo extraño».

«A 30 metros de distancia aprovechando el ruido de las máquinas vibradoras, a un vecino de Humilladero le extrajeron un peine de 1.800 euros y un dispensador de abono de 600 euros», afirma la alcaldesa, Ana Pérez.

La regidora recuerda que los dispositivos de vigilancia privada en el campo actúan de noche junto a la Guardia Civil, y pone de relieve la complicación de los agentes para percatarse de este tipo de actos a plena luz del día.