­El agua ha sido desde 2005 un sinvivir para los vecinos de Valle de Abdalajís desde que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) perforase el acuífero de este municipio y provocara la escasez de este bien básico. Ahora luchan por otros motivos, aunque el agua parece ser su reivindicación histórica. Hoy los vecinos de una zona rural cumplen su quinto día de huelga de hambre y encierro para reclamar a la empresa Aguas de los Verdiales que conecte el agua a sus viviendas.

Ayer se desplazaron a las afueras de la localidad para dar comienzo a las obras con sus propias manos, aunque no finalizaron los trabajos iniciados a la espera de que la empresa pública -en concurso de acreedores- mueva ficha en este sentido.

De esta forma, se realizó la zanja para introducir la tubería de quince metros con el trabajo manual y a máquina de los vecinos que han permanecido encerrados estos días y otros que se sumaron a la causa.

«Otro día terminaremos el enganche porque por lo que se ve Aguas de los Verdiales no lo va a hacer. Queremos ser prudentes con esta situación, pero estamos cansados de luchar», lamentó el portavoz de los vecinos de Valle de Abdalajís afectados por el problema, Antonio Bravo.

El portavoz insistió en que, a pesar de que las fuerzas de los vecinos «flaquean, seguimos con mucha fuerza. No sabemos tampoco si a alguien le pasará factura esta huelga de hambre».

«Las piernas siento que me flaquean y cuando me levanto del colchón me mareo, aunque quiero que de nuestros grifos salga agua y voy a seguir», indica Bravo a sus 64 años de edad, añadiendo que «de ánimos estamos bien, pero estamos hechos polvo, porque lo estamos pasando mal. El abogado concursal no nos hace ni caso», insiste Bravo.

En una palabra, el portavoz define la situación de indignante: «No es normal que llevemos tantos años protestando y ahora con este encierro y que no pongan solución, ¿qué tenemos que hacer? Si en tres o cuatro horas tendríamos agua y no nos quieren ayudar».

Más de una década llevan los vecinos de Abdalajís reivindicando el suministro de agua a 40 viviendas y 6 ganaderías de una zona rural.

Además, los vecinos lamentan que las familias de la zona afectada tengan que gastar cerca de 4.000 euros anuales en cubas de agua.

Al cierre de esta edición, Aguas de los Verdiales no había dado información alguna a los vecinos de la zona afectada, que consideran que «son los ayuntamientos a los que pertenece la empresa pública Aguas de los Verdiales (Antequera, Villanueva de la Concepción, Casabermeja y Almogía) los que tienen que dar la orden y no lo hacen. Ya no sabemos a quién creer», lamentaron.