­El arte es un medio de expresión, comunicación y desarrollo personal del ser humano, por ello debe ser un medio accesible para todas las personas independientemente de sus capacidades. Solo hay que buscar la fórmula para hacerlo, para salir de la concepción que tenemos de esta materia, la cual parece estar destinada a mentes prodigiosas.

El Arteterapia es una disciplina que persigue, a través de la práctica artística, la curación y la socialización de personas en situaciones vitales problemáticas. Esta materia se centra en la propia persona con discapacidad, en su realidad, necesidades y posibilidades y analiza, a su vez, los diferentes lenguajes de las artes, sus posibilidades expresivas y comunicativas que le serán útiles en la aplicación de esta disciplina.

Será el proceso creativo el capítulo más importante del Arteterapia, así como los estímulos previos que se propician para que la persona entre una experiencia de vivencia. Estímulos que se procuran a través de talleres y actividades como las artes plásticas, música, danza, teatro y en un marco lúdico que le haga explorar sus posibilidades individuales y de relación con los demás. El resultado muestra cómo el arte se convierte en un medio de comunicación de lo interno y propio con lo externo y conlleva un desarrollo personal, como manifestación de sentimientos y creatividad y no como imitación.

Para conseguir todos los objetivos enumerados, la Fundación Unicaja ha iniciado en Antequera su ciclo de talleres de Arteterapia para niños y adultos con discapacidad intelectual con el lema «Conoce Mi Mundo». «Al no tener el arte un mensaje verbal, estas personas pueden expresarse en igualdad de condiciones, no se sienten menos válidos», aclara Graciela Fuks, responsable de este proyecto en Antequera.

Los talleres buscan principalmente mejorar la vida de las personas discapacitadas intelectualmente. «En el colegio estas personas se sienten desvalorizadas, con el Arteterapia se sienten parte de un grupo, ya que al no existir un trabajo directivo o divulgativo todo es bueno, no hay nada negativo», matiza Fuks.

Es el ejemplo de uno de los usuarios que padece parálisis cerebral. En su ambiente normal se siente decaído, apartado, menos capacitado. Sin embargo, con esta terapia ha encontrado una forma de sentirse integrado, ya que sus distintos trabajos en los talleres reciben el aplauso del resto de compañeros. Y, al final, influye en que esta persona mejore en calidad de vida y, por supuesto, en su nivel de felicidad. La responsable de los talleres recalca que los participantes «llegan con muchas ganas y antes de irse ya están pensando en la próxima sesión».

«Descubrí un antes y un después con el arteterapia. Es fantástico lo que podemos sentir. He descubierto el cariño que estas personas expresan y la forma que tienen de hacer las cosas me ha enamorado. Ya no sé quién enriquece más a quién, si yo a ellos o ellos a mí», expresa agradecida Graciela Fuks.

El proyecto contempla la celebración de dos talleres al mes, en días diferentes, uno para menores y otro para adultos, entre los meses de enero y junio. Unas cuarenta personas disfrutarán del Arteterapia en este tiempo y, al final, conseguirán obtener un mayor bienestar y llegarán a ser mucho más felices.