Junio nos ha traído la buena noticia de mayo: 25.000 personas que estaban en el paro han encontrado trabajo. La mitad, en tareas relacionadas con la construcción. Parece que son los primeros frutos del llamado ´Plan E´ –contratas temporales de los ayuntamientos para realizar pequeñas obras en escenarios públicos–; pero también hay contratos relacionados con la temporada turística veraniega. ¿Estamos ante los ´brotes verdes´ a los que se refería la vicepresidenta Elena Salgado cuando creía ver indicios de mejora en la situación económica? ¿Es el ´efecto mayo´, un incremento de la contratación que se produce todos los años por estas mismas fechas? ¿Estamos ante un maquillaje de la estadística perpetrado a una semana vista de las elecciones como se insinúa desde instancias críticas con el Gobierno? Hablar de los políticos y pensar mal es algo muy español así que nunca habrá una palabra capaz de despejar todas las sombras, pero en relación con Este asunto hay voces que, si son escuchadas, sonarían con claridad. Me refiero a los parados que de manera temporal o sin límite de tiempo han encontrado un empleo. Es a ellos a quienes habría que escuchar y no a los políticos que –en una u otra dirección– van a zarandear el dato del descenso del paro. Con eso deberíamos quedarnos: con el alivio que sin duda sienten quienes ya no sufren la angustia que produce estar en el paro. Angustia y desazón que todavía atenaza a cuatro millones de conciudadanos. No lo olvidemos, aunque hoy deberíamos alegrarnos por el alivio que supone el nuevo dato del paro. Es un respiro para un enfermo que, por desgracia, sigue grave.