Toda realidad lleva implícita en sus orígenes la historia de su futuro. Los comienzos de un acontecimiento permiten entrever el desarrollo de su naturaleza que, de forma silenciosa, conquista sin prisas su tiempo por venir. Y aunque las ciudades como decía Rykwert «…son levantadas trozo a trozo por sus habitantes …» también son un fenómeno natural regido por leyes de crecimiento afines a la de organismos vivos.

Málaga no es una ciudad sobre un territorio, es el territorio acentuado por la construcción del hombre. Málaga tiene la forma del litoral, y se extiende a lo largo de la costa más o menos oprimida por la cercanía de sus montes. Y es esta condición lineal, la que en mayor medida determina sus singularidades, sus riquezas y sus problemas urbanos. Málaga fluye de Este a Oeste y se interrumpe y fracciona de Norte a Sur. La ciudad funciona en estratos paralelos que amplifican el trazado natural de la costa como un eco urbano. Los históricos proyectos urbanos dan siempre muestra de esta doble y asimétrica orientación, en un esfuerzo por conectar la ciudad consigo misma según ejes Norte-Sur. Esta carencia la han ido paliando en el Centro Histórico, la veterana calle Nueva, de 1491 y la calle Larios concluida exactamente cuatro siglos después, de cuyos ánimos surgiría la calle Molina Lario cruzando la Catedral. En un debilitado avance hacia oriente, se realizaría en la segunda mitad del siglo XX la fragmentaria calle Alcazabilla. Y aun quedaría por acometerse a finalísimo del siglo XX, el túnel de la Alcazaba, cuyo proyecto se concluiría sólo parcialmente, para conectar la Plaza de la Merced con el Parque de Málaga.

Parece que es ésta la limitación de la ciudad: el fraccionamiento de los tejidos urbanos en dirección al mar y el Puerto. Málaga tiene algo de cebra, una piel a rayas, que acentúa con cada nuevo desarrollo de su naturaleza. Las obras del Puerto, probablemente den un puerto mejor, pero separado por el reforzado Paseo de los Curas, una banda circulatoria cada vez más densa, y por una valla portuaria eterna, que consolidará, al sur de Málaga una franja más de la ciudad. Tan cerca y tan lejos.