El expresidente del Gobierno Felipe González dice que agotar la Legislatura es bueno para España y malo para el PSOE. Y al revés, adelantar las elecciones sería bueno para el PSOE y malo para España. No es el único que propaga una tesis asentada sobre la convicción de que la actual crisis económica da para cargarse al Gobierno actual y al que venga después.

Por tanto, cuanto antes le abran las urnas el camino de la Moncloa a Rajoy, antes comenzará a desgastarse su gobierno. Argumento central de quienes reclaman elecciones generales de forma inmediata en nombre de los intereses del PSOE. O de quienes, sin reclamarlas, en nombre de los intereses nacionales, ponen en valor, ensalzan y reconocen el sacrificio que estaría haciendo Rodríguez Zapatero con unos planes anticrisis que le acercan a las exigencias de los mercados y los organismos internacionales mientras le alejan de sus votantes.

En este último grupo, el de quienes apoyan lo que sea bueno para España aunque no para el partido, se inscriben los partidarios de agotar la Legislatura y celebrar las elecciones en marzo, cuando tocan, empezando por el presidente del Gobierno. Afrontaríamos así el ejercicio de 2012 con unos Presupuesto Generales del Estado elaborados en tiempo y forma, con arreglo a las exigencias de reducción del déficit público y otras impuestas por la situación económica. Ese mensaje de normalidad, amén de la culminación de las reformas inacabadas (laboral, financiera, pensiones, contratación colectiva, etc) sería muy bien recibido por los mercados y por los responsables económicos de la UE.

Pero existen los imponderables. En las actuales circunstancias la disolución anticipada de la Legislatura o su agotamiento no depende solamente de la voluntad del presidente, el único habilitado para tomar una decisión o la otra. En este sentido van a ser determinantes Iñigo Urkullu y Alfredo Pérez Rubalcaba. Es decir, el PNV (Partido Nacionalista Vasco) y el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno en las próximas elecciones generales.

Como luz de posición, la complicidad del PSOE con el PNV a la hora de votar las resoluciones posteriores al debate sobre el estado de la nación sugiere que a Zapatero no le va a faltar apoyo parlamentario para superar las «mociones de censura» que le esperan: techo de gasto, reforma de las pensiones, contratación colectiva y Presupuestos Generales. «El PNV atenderá las iniciativas del Gobierno con la responsabilidad de siempre», ha dicho el portavoz nacionalista, Josu Erkoreka.

Y en cuanto al candidato socialista, necesita tiempo. Para completar su ronda por las organizaciones territoriales del PSOE, presentarse en sociedad, diferenciarse de Zapatero, elaborar su propio programa y hacerse el encontradizo con Rajoy. Y Zapatero nunca convocaría las elecciones anticipadas contra los intereses de Rubalcaba.