Encuentro baratos los safaris, si tienes dinero para pagarlos. Sin dinero todo es caro, sean medicamentos repagados, sean cuatro cafés, placer y socialización del pobre. Pero ¡fuera miserias que sólo traen tristeza! Ir hasta un país del sur de África durante 21 días para convertirse en asesino en serie de animales grandes por 76.300 euros me parece low cost a cambio de todo lo que ofrece. Un tío o una tía con puntería y suerte pueden cargarse un elefante, un leopardo, un búfalo, un cocodrilo, un hipopótamo y un antílope. Como dicen que la caza es ecología en acción, conservar matando, a lo mejor el safari tiene precio político y por eso ofrece, proporcionalmente, más que 7 días 6 noches en un destino de sol y playa donde, al final, pasas el tiempo tumbado y comiendo ensalada.

Ser un asesino en serie de animales que sigue el patrón de los cromos de Vida y color 2 tiene buen precio para lo que es pero, al tiempo -perdone la pérdida de exotismo- equivale al salario mínimo interprofesional de 119 personas. O sea, 21 días pegando tiros en el sur de África equivalen a la cuantía retributiva mínima que percibirán 119 trabajadores, referida a la jornada legal de trabajo, sin distinción de sexo u edad, sean fijos, eventuales o temporeros, durante un mes. En cuanto echas los números todo se vuelve demagogia. El salario mínimo interprofesional quisieran cobrarlo muchos españoles para gastarlo en necesidades básicas y algunos cafés.

Lo que hace ricos a los ricos es lo que ganan pero lo que los hace raros es en qué lo gastan, que es donde más se manifiesta la libertad. Ellos mismos deben sentirse extraños en esa acción porque en cuanto estalló la crisis empezaron a hablar de austeridad y escondieron la ostentación pero en las cuentas sigue saliendo que el mercado del lujo aumenta su facturación. Hay un momento en que ni hay forma de gastarlo, por más cafés que bebas.