Sí, sí. No me he vuelto loco ni se me ha estropeado el calendario del móvil. Según el Ayuntamiento de Málaga, ayer era todavía 20 de mayo, porque ayer abrió el primero de los siete polémicos chiringuitos de las playas de La Malagueta y La Caleta. Justo a tiempo, en 20 de mayo, porque ya va haciendo un calorín curioso.

No dejo de repetir que era 20 de mayo porque esa era la fecha señalada, hace ya algún que otro mes, para la apertura de las controvertidas moles que, como todo en esta ciudad, han tenido una historia por episodios más que curiosa y alargada (véase el metro), antes incluso de empezar a escribir la suya propia. Que si el diseño, que si la altura, que si los vapores... y hace poco supimos que la razón por la que el 20 de mayo se retrasase hasta el día de ayer (basta ya con la broma), 14 de junio era, ni más ni menos, que no había suministro eléctrico necesario en La Malagueta para los nuevos establecimientos y se utilizará uno provisional que, en palabras del representante de los empresarios de las playas de la capital «esperamos que sea suficiente». De risa.

El disparate continúa, ya digo, hasta el punto de que una vez acabado el veranito, que aún no ha empezado, ya se anuncia que se ejecutarán obras para mejorar dicha red eléctrica en la que hay puestas tantas esperanzas. Y para ir con cuidadito, hoy sólo se abre uno de los chiringuitos, el Picasso, en próximos días, otros tres, y así poquito a poco, se irá comprobando si hay energía suficiente para tirar todo el verano.

Energía habrá, esperemos, pero luces muy pocas, para programar un verano de incertidumbre en las playas de la capital en las que, de ir todo como debe, se acometerá además el derribo de los chiringuitos antiguos que, si van como han ido las obras de levantamiento de los nuevos, prometen un verano para recordar, de nuevo entre excavadoras y escombros, como han sido el invierno y la primavera.

Increíble parece que, cuestiones de diseño al margen, los estudios previos no anticipasen que el suministro eléctrico pudiese ser insuficiente y que los nuevos chiringuitos tengan que convivir durante bastantes días con el derribo de los antiguos. Todo un reclamo turístico, empezando por una apertura progresiva que comenzaba ayer con el Picasso. Todo un topicasso. No, soy incapaz de inventarme un chiste tan malo, pero sí ,soy capaz, y mucho, de publicarlo. Ahora, que para chiste malo, el de los chiringuitos.