Tiene mérito Juan Manuel Moreno Bonilla. Sin ser aún designado oficialmente presidente del PP andaluz ha recibido mandobles de casi todos los columnistas, de todos sus rivales políticos y silenciosas puñaladas en público de una parte de sus compañeros de partido. Todo en un tiempo récord que al menos le habrán válido para aumentar en medio punto su preocupante grado de conocimiento fuera de la provincia de Málaga. Una parte de los escribas de la prensa de derechas y sevillana le atizaron de lo lindo con la excusa de su falso currículum cuando en verdad le arreaban por desplazar de la presidencia del PP al alcalde de Tomares, José Luis Sanz, el candidato propuesto por Dolores de Cospedal y por el PP sevillano. Por eso tenía morbo la visita de ayer de la número dos del partido al congreso cuyo lema, «unidad», es una clara alusión a la división interna existente entre los populares por cómo se ha llevado el proceso de relevo de Juan Ignacio Zoido al frente del partido.

Y Cospedal no defraudó como los buenos rockeros. Le bastó un par de horas, entre AVE y AVE, para que se visualizara que Moreno Bonilla no cuenta con su apoyo, ni con su cariño. Tuvo menos detalles con el candidato que el salpicadero de un Seat Panda. No hubo ni un gesto, ni un elogio. Nada de nada. Discurso frío, antipático y tirando de su autoridad orgánica para imponerles deberes al nuevo presidente y dejarle un recadito que no pasó desapercibido para nadie. «Querido Juan Manuel que nada te desoriente de lo que tiene que ser tu principal objetivo, ni lo que ha pasado, ni lo que pase, ni lo que pasará». ¡Zas!, en toda la boca. Olvidó añadir que todo lo que le ha pasado era obra suya y está por ver si lo que le pasará llevará también su firma. Pocos lo dudan. Tampoco dijo si le parecía buen o mal candidato, aunque se intuye lo que piensa, y a las dos menos cuarto regresaba a Madrid en AVE dejando en el atril a Javier Arenas, a quien no escuchó para evitar nuevas broncas e intrigas palaciegas.

Sus silencios y su poco entusiasmo durante el discurso radiografía los jirones que el proceso de relevo han dejado tanto en el PP andaluz como en el nacional. En su intervención tampoco mencionó a Javier Arenas, lo que reconforta y consolida aún más al de Olvera, que disfruta como nadie en el barro político y que ayer se dio un baño en lodozal orgánico viendo como su máxima rival en Génova exponía en público su malestar por la derrota interna y por la doble desautorización sufrida por Mariano Rajoy. El campeón no perdona y su sonrisa le delató. Él sí llamó Juanma al nuevo presidente.

Y a la hora que Cospedal se bajaba del AVE en Madrid, Juan Manuel Moreno Bonilla terminaba de pulir su intervención para iniciar una nueva etapa en un renovado PP andaluz con o sin el apoyo de Cospedal. Empezaba la era del PP de «Juanma y Loles», como se presentan en sociedad el presidente y la número dos, Dolores López Gabarro, y que quieren hacer de la renovación generacional una fortaleza que entierre el tópico de que la juventud no es una virtud en política. Prueba de ello es que como número tres del partido ha situado, en un claro guiño a la dirección de Sevilla, a su secretaria general, Virginia Pérez (34 años) y refuerza la figura política del presidente del PP de Málaga, Elías Bendodo, como nuevo portavoz del PP en Andalucía en sustitución de la almeriense Rosario Soto. Bendodo recibe así su recompensa por el pulso que mantuvo contra Cospedal y Zoido desde octubre para frenar el «relevo express» de José Luis Sanz, algo insólito entre los populares, que no son muy dados a los pulsos orgánicos ni al exhibicionismo político por temor a pagarlo en galeras. Esta vez la jugada le salió bien a Bendodo que coincide con Moreno Bonilla en la necesidad de cambiar el paso al PP andaluz y centrar su acción política en el enorme peso institucional que mantienen en la comunidad de la manos de sus alcaldes y presidentes de las diputaciones. Todavía se preguntan qué les falla en su discurso político para no gobernar en Andalucía pese a que cuentan con 3.149 concejales, 269 alcaldes, cinco presidentes de diputaciones, 115 diputados provinciales y cincuenta autonómicos, por lo que el 65 por ciento de los andaluces tiene un alcalde del PP.

Ayer empezó a andar el PP de Juanma y Loles. Enfrente tiene al PSOE de Susana. Por ahora a la presidenta le basta a ella solita para lanzar al PSOE andaluz.