«Metetes»

No sé, a lo mejor es una visión demasiado simplista, pero visto el referéndum celebrado en Crimea… ¿qué ocurriría si los ciudadanos del estado de California quisieran independizarse de los EEUU? Y si esto sucediera y la comunidad internacional apoyase la decisión californiana…, ¿cómo se lo tomaría Estados Unidos al perder una parte importante de su territorio? Muy bien no creo. Seguramente dirían eso de que: «Cada uno que se meta en sus asuntos porque los trapos sucios se lavan en casa». Al principio no me caía mal Barack Obama, (mejor que Bush cualquiera), pero como siempre pasa, este también debe pleitesía a los poderosos que han subvencionado sus campañas electorales. Por eso mismo los EEUU han sido, siguen y seguirán siendo unos «metetes» a escala mundial. En este último siglo no ha habido conflicto armado en el que no hayan metido sus narices, o bien yendo de cara con sus portaaviones y tanques, o facilitando infraestructura bélica a una o a ambas partes a la vez. Siempre intentan convencernos de que sus intervenciones son necesarias para llevar la democracia y los derechos humanos a los pueblos, pero una vez expoliado el país que posea riqueza natural y que tiene la desgracia de cruzarse en su camino, sólo dejan odio, muerte, destrucción y más conflictos que a su llegada. Ahora la gran mayoría de los ciudadanos de Crimea quieren ser rusos, espero que les dejen tranquilos (que Rusia tiene la bomba). A Putin no le tengo simpatía, pero también detesto el tufillo fascista que se respira ahora en Ucrania gracias a la «ayuda» de occidente. El futuro de un pueblo lo debe decidir el propio pueblo, nunca los lobbys.

Rafa Zamora SanchoMálaga

La orquesta del Titanic

Dicen que una lectura positiva de la tragedia que originó la caída de las Torres Gemelas en Nueva York (la World Trade Center) podría ser la ola de solidaridad que se despertó entre la población americana. Un pueblo independiente y competitivo donde los haya que en ese momento se dio cuenta de que su vulnerabilidad era real. Y que debía permanecer unido por encima de todo. Ya no era el afán competitivo que le caracterizaba sino el solidario ante una tragedia común.

Tal vez en España esta conciencia colectiva se despertó un poco con la intentona golpista del 23-F. Y más tardiamente con el atentado en Madrid de Al Qaeda que supuso más de 300 víctimas entre familiares y amigos. Pero la memoria es frágil en general y por lo tanto sujeta a los vaivenes de cómo pinta la fiesta. Lo cierto es que tal vez parezcamos un pueblo indolente que al margen de cierta alma fatal, nos mostramos más bien algo fríos y distantes con las cosas que afectan a los demás. Vivimos en una especie de limbo en el que nada nos preocupa más que cuando la inundación nos ha atrapado a nosotros. O directamente no tiene solución. Para eso de los problemas hemos delegado en nuestros políticos limitándonos a votar y esperar resultados por parte de quienes gestionan el país en función (teórica) de nuestros intereses, y no siempre es así porque sin ser cautelosos hemos puesto la zorra al cuidado del gallinero. Los abusos se producen por doquier con el despilfarro del dinero público y la crisis se agudiza. Una crisis de muchos miles de hogares sin ingresos en estos momentos; pero nosotros seguimos la orquesta con independencia de que el barco se hunda. Cuando llegue la hora de la verdad todos querremos escapar ante el miedo de hundirnos. Pero no te apures muchacho porque la crisis no es más un suspiro; para algunos con la respiración contenida.

¿Lo ves?, no te habías dado cuenta y era verdad, ya ha pasado todo.

Lo importante es que siga tocando la orquesta porque eso será sintomático de que hay ruido (un buen síntoma), aunque a muchos les habían cerrado ya los camarotes desde afuera.

Luis Enrique Veiga RodríguezMálaga