El pasado día de Navidad estaba un servidor de ustedes delante del escaparate de la librería decana de Marbella, en el casco antiguo de la famosa ciudad. Me llamó la atención ver en un lugar muy destacado de la vitrina un libro muy importante. Publicado en España hace solo unos días y que ya he leído: De Suárez a Gorbachov. Su autor, al que tengo el honor de conocer, es don José Cuenca, uno de los diplomáticos más importantes de la reciente historia europea. Además de ser un gran Embajador de España e ilustre cervantista, es don José un espléndido escritor, con libros imprescindibles en su haber, entre ellos los dedicados a las gentes y a las sierras de su Jaén natal.

El que podamos sentir admiración y un gran respeto por nuestros dirigentes no es algo muy frecuente en estos tiempos complicados en los que nos ha tocado vivir. Por eso, es de agradecer el que podamos sentir una más que justificada admiración y respeto por personajes excepcionales como este gran embajador de España. Don José ha dedicado su último libro a muy importantes observaciones y testimonios, fruto de su fecunda y ejemplar carrera, como uno de los más notables embajadores que España y Europa han tenido en su reciente historia. Con un espléndido dominio del castellano y del arte de la narrativa, nos permite el autor de este libro apasionante un fascinado seguimiento a lo largo de medio mundo. Visitando las diferentes etapas de su buen hacer como representante de España y de los españoles.

Nos cuenta don José sus inicios en Nueva York, como primer secretario en la delegación de España en las Naciones Unidas, a los que siguieron sus años como consejero en la embajada de España en Londres. A partir de 1978 tuvo don José Cuenca cargos de máxima importancia en el Ministerio de Asuntos Exteriores, en una época tan decisiva para España como fue la de nuestro proceso de transición a la democracia. En 1983 fue nombrado embajador de España en Bulgaria. En 1986 llegó el momento estelar de su larga carrera. Fue nombrado embajador de España en la Unión Soviética, puesto que conservó en 1991, ya en la nueva Federación Rusa. Tanto España como Rusia y la Unión Europea le deben mucho a este gran embajador, por su labor ejemplar en aquella complicadísima coyuntura política. En 1993 fue nombrado embajador en Grecia y posteriormente embajador de España en Canadá. Desde 2004 es embajador en misión especial para asuntos de Medio Ambiente.

Dedica don José su libro De Suárez a Gorbachov a todos los que han consagrado su vida al servicio de España. Con estas mismas palabras. Me permito añadir que pocos lo han hecho con la brillantez y la pasión de don José Cuenca, un gran español y un gran embajador. Lean su libro. Me lo agradecerán.