Bueno, pues la fiesta se anima y salen más a bailar. Resulta que Irene Rivera se presenta a las primarias de Ciudadanos para las generales ¿pero no había sido elegida hace sólo unos meses para el Parlamento andaluz?, no importa, a la dirección nacional de los riveraboys eso les trae sin cuidado y con desprecio absoluto a la voluntad de los electores y de los afiliados ahora la ponen aquí. Y tenemos también a Guillermo Díaz, hasta ahora asesor y hombre de confianza de Juan Cassá, que recibió hace algunas fechas una llamada de Fran Hervías, de la ejecutiva nacional, informándole de que la candidata por Málaga era Irene, actualmente portavoz de Ciudadanos en el Parlamento andaluz -que está en San Juan de Ribera, con b, no con v de los Rivera- en el hospital de las Cinco Llagas o de la Sangre. Democracia interna, vamos, pero eso sí, se le ofrecía el número dos de la lista, que no se sabe si es de salida, claro, el uno parece que sí, parece porque a este paso... Entonces Díaz se siente traicionado por la cúpula -pero no la de Florencia, la de Santa María del Fiore- y eso pese a su declarado oficialismo. De momento, sigue adelante con su candidatura. ¡Cómo manda Barcelona!, ¿se imaginan ustedes a Málaga mandando en la Ciudad Condal? Siempre el norte encima y el sur debajo. Y llega Javier López Ruiz, víctima del terrorismo, y se suma al baile con el importante apoyo de un numeroso grupo de afiliados y al que sigue mi amigo Jesús Pérez Lanzac, el legendario Chumy, que quedó tras Javier en las votaciones de este grupo. Chumy también es amigo de José Agustín Gómez Raggio, que acaba de ser fulminado por el rayo de Zeus, ya que al no llevar seis meses en el partido podía revocarse su inscripción, ¡a la calle!, ¿cómo osas? Habría sido un buen candidato pero ha pecado de ingenuo, no sabe que en los partidos en ninguno hay democracia interna, aunque en algunos, claro, más que en otros. Tiene que leer a Maquiavelo, con quien llevo tantos años intimando, quien en El Príncipe escribe con rabiosa actualidad: «Creo que esto dimana del buen o del mal uso que se hace de la crueldad. Podemos llamar buen uso los actos de crueldad -si, sin embargo, es lícito hablar bien del mal- que se ejercen de una vez, únicamente por la necesidad de proveer a su propia seguridad, sin continuarlos después, y que al mismo tiempo trata uno de dirigirlos, cuanto es posible, hacia la mayor utilidad de los gobernados». Es decir, José Agustín, es la lucha por el poder, que no conoce reglas, qué le vamos a hacer.

Y Conejo arrepentido del día que se hizo la piscina que ahora le reprueban, maldita sea, aunque Patxi López le protege hasta la apertura de juicio oral, como fija el código ético socialista, aunque en el caso de Chaves y cia se actuó antes dado el escándalo. Pero quien me preocupa no es Conejo, es el podemonio Guillermo Zapata, a quien la Audiencia Nacional le ha archivado la causa por aquellos tuits sobre Irene Villa, víctima del terrorismo, y sobre el holocausto. El juez Pedraz dice que no mostró una «conducta especialmente perversa», juzguen ustedes estas palabras. ¿Ven por qué hay que irse? Pero lo que más me ha gustado es la democracia interna de Podemos con un control absoluto de las listas por Pablo Iglesias y sus camaradas. ¡Ay, cómo van a degustar la hiel los incautos! A otros se les ocurre derribar el Málaga Palacio, como al recién elegido decano de los arquitectos, Francisco Sarabia, que dice que «debemos ser atrevidos y ya se verá cuánto cuesta». Y pensar que en Andalucía trabajamos 183 días al año sólo para pagar impuestos, ¿para eso madrugamos, bregamos y aguantamos?, ¿para que se lleven nuestro dinero esa cuerda de presos que desfilan en sucesión interminable por los telediarios de las tres? Siempre nos quedará La Deriva, Alameda de Colón 7, y Antonio nos atenderá como si nada pasara. El mundo, fuera, ruge y Teresa Porras arremete contra la Feria del Centro, ¿quo vadis Teresa? Vuelvo a la lectura, a esas Coplas a la muerte de don Rodrigo Manrique:

Recuerde el alma dormida,/avive el seso y despierte,/contemplando/cómo se pasa la vida,/cómo se viene la muerte/tan callando;/ cuán presto se va el plazer,/cómo después, de acordado,/da dolor;/cómo, a nuestro parescer,/cualquier tiempo pasado/fue mejor.

cima@cimamalaga.com