Si alguien es tan ingenuo como para pensar que la Feria del Centro se va a eliminar que se lo haga mirar. Solo hay que tener en cuenta que el abanderado de la Feria de este año ha sido El Pimpi, todo un símbolo.

Ahora se reunirán para evaluar la Feria y las excusas para no cambiarla, y eliminar la del Centro, serán de lo más variopinta. Desde que la gente va donde quiere hasta que es una fiesta típica en Málaga, de toda la vida de Dios. La Feria del Centro es un despropósito.

Pero, ¿quién gana con una feria en el Centro como la que tenemos? ¿a quién beneficia? Esa es la pregunta para averiguar por qué el Ayuntamiento, año tras año, hace dejadez de sus funciones. El alcalde, una vez más, en ese arte de intentar que las palabras conviertan en realidad lo que no lo es, ha dicho que Málaga no es Magaluf. Evidentemente, es mucho peor.

Magaluf es una pequeña ciudad de unos 5.000 habitantes, pero Málaga es una ciudad que aspira a ser la quinta de España y la tercera cuando es periodo electoral. Por eso lo que sucede en el centro de esa ciudad durante casi diez días es mucho peor que lo que ocurre en Magaluf.

Y si el alcalde hace dejadez de funciones, unamos los puntos y nos saldrá una estupenda figura, ¿por qué o quién lo hace? pues por los que salen ganando, todos aquellos que convierten el Centro durante diez días de verano en una ciudad de sólo bares, y al turismo ¿una sonrisa?

Son el centro de la Feria del Centro, «hosteleros» que exprimen la ciudad en vasos de cubalitro y que no pueden seguir anteponiendo sus beneficios a la ciudad destrozando su imagen. Pasaremos de Málaga ciudad genial o Málaga ciudad del Paraíso a Málaga Magaluf.

Pero seguro que no se podrá cambiar porque no hay manera de controlar lo que la gente hace individualmente. Pero tiene explicación: el equipo de gobierno y el alcalde no existen, son solo unas cuantas personas que entran y salen del Ayuntamiento de vez en cuando.