Nadal y Djokovic disputaban ayer el duelo número 45 de su carrera, el más repetido de toda la historia del tenis moderno-, y por ahora el español mantiene una victoria de ventaja: 23 suyas por 22 de «Nole». La renta ya es mínima. Y tras la final en la que el serbio doblegó al tenista balear, volvió a salir a relucir esta estadística en la sala de prensa. «Cuando esto ocurre es porque llegamos a muchas finales o a rondas muy avanzadas, así que es una buena noticia para ambos», expresó Nadal en la capital china.

Somos muy dados a repetir una y otra vez este tipo de estadísticas, pero lo cierto es que a los jugadores, al menos en público, no parece que les obsesionen -por mucho que hablemos del duelo histórico con más capítulos vividos-. Que Djokovic esté a un solo triunfo de alcanzarlo, después de que este año se hayan enfrentado tres veces y siempre haya caído la pelota para el mismo lado de la balanza, le generó ayer a Nadal este otro comentario: «Cuando yo era número dos y Roger Federer era número uno, mi obsesión no era alcanzarle, mi obsesión era mejorar mi juego y hacerlo a mi manera».

Lo cierto es que la dinámica de esta temporada no invita a que podamos ver en un futuro a Nadal por delante en esa estadística particular. El español figura actualmente en el número ocho del ránking mundial tras una temporada discreta en la que sólo ha ganado tres torneos. Él mismo ha insistido en que no ha sido un año ideal, pero sin querer «engañar» a nadie, ayer mismo volvió a considerarse como «uno de los mejores jugadores del mundo» después de una carrera que está avalada por un palmarés plagado de marcas históricas.

Por encima de cómputos particulares de la campaña que está a punto de concluir, la realidad dicta que el duelo de ayer partía con un desequilibrio claro, aunque Nadal le plantó cara en el primer set al serbio y el definitivo 6-2 es cierto que no hacía justicia a lo visto en esa manga. Sobre una pista dura como la del Abierto de China, Djokovic ya se sitúa con un amplio 15-7 en duelos directos ante Nadal. Además, este año ha acumulado ocho títulos, con lo que está en su segundo mejor registro de victorias, tras los diez títulos conseguidos en 2011. Otro dato demoledor: ya posee seis torneos en Pekín, una pista donde de momento sigue sin conocer la derrota.

En finales disputadas entre ambos, tampoco la estadística deja lugar a dudas a estas alturas: el serbio ha ganado en 13 ocasiones, frente a las 10 del mallorquín. Para Novak, China es un país «talismán», dado que ha ganado todos los torneos en los que ha jugado en Pekín, sino también los tres que ha disputado en Shanghai. Ahí está incluido el Masters de 2008, cuando las finales de la ATP se disputaban en la Perla de Oriente.

Djokovic llegará por tanto esta semana al torneo ATP 1000 de Shanghai con el reto de conseguir su décimo trofeo en China, el segundo país, después de Estados Unidos, donde ha conseguido más victorias en torneos a lo largo de su carrera. También podría alcanzar a Nadal en esa estadística particular, si es que vuelven a enfrentarse y se repite la historia de ayer. Una historia, la de Pekín, que por cierto ya se había vivido en 2013. Con uno y otro jugador en diferente situación, el serbio también se impuso por la vía rápida, en dos sets: 6-3 y 6-4.

Nadal también conoce la victoria en la capital china, aunque hay que remontarse al año 2005: cuando se llevó el título ante el argentino Guillermo Coria. El exnúmero uno mundial y uno de los mejores tenistas de la historia está firmando una discreta temporada, porque aunque llegará a Shanghai con una final recién disputada, sólo ha conseguido por ahora tres títulos: Buenos Aires, Stuttgart y Hamburgo.

La derrota más dolorosa para Rafa en este año para olvidar la sufrió precisamente ante Novak: en los cuartos de final del último Roland Garros. Ese resultado privó al manacorense de luchar por su décimo título en las legendarias pistas parisinas.

Ayer, no obstante, quiso arrojar un poco de optimismo sobre lo que pueda depararle el futuro. Reconoció que actualmente está un escalón por debajo de él en calidad, pero expresó su confianza en que el próximo año pueda recuperar su juego. «Le felicito, obviamente hoy [por ayer] ha sido mejor que yo, pero espero luchar el próximo año, luchar contra los mejores jugadores, porque tengo motivación para ello y estoy trabajando duro y bien». Ojalá que así sea.