Está escrito en el calendario. Halloween, calabazas, terror y presupuestos andaluces. ¿Truco o trato? Lo que debería ser trato, para nuestra comunidad autónoma es truco. Como lo es la falta de provincialización, algo tan sencillo como saber cuánto se destina a cada una de las ocho provincias andaluzas, no son tantas, sólo ocho, no es difícil, pero ahí está el truco, en desinformar.

Andalucía se merece trato. Trato en redoblar esfuerzos para atajar el mayor problema de nuestra tierra, además de la corrupción: el paro. Un 31,7 por ciento de desempleo merece destinar más de un 3,8 por ciento del presupuesto a fomentar el empleo. Ahí está el truco. Sólo 1.141 millones de euros de los 31.285 millones presupuestados se destinarán a fomentar el empleo de 1.281.900 parados andaluces. Los números no engañan, y el presupuesto andaluz garantiza que sigamos encabezando el ranking del paro en España. Aquí no hay truco, son matemáticas.

Pero para truco, el engaño que supone además de destinar exiguas partidas al fomento del empleo, el hecho de no gastarlas, como si no fuera necesario. No puede haber mayor engaño y desprecio a los andaluces que comprometer un gasto necesario y esperado en miles de hogares de nuestra tierra donde todos sus miembros están en paro y dejarlo ahí, en el limbo, sin ejecutar, o lo que es lo mismo, sin gastar.

Desde que Susana I de Andalucía ocupa el trono del socialismo andaluz se han dejado sin ejecutar, sin gastar, 1.300 millones de euros que estaban destinados, al menos sobre el papel mojado de los presupuestos, a políticas de empleo. Se han devuelto 800 millones de fondos europeos destinados a la formación. Dinero que provenía de Europa a Andalucía. Sólo había que gestionarlo, destinarlo a sus fines, sin desvíos a otros menesteres y fiscalizarlo. No puede haber mayor irresponsabilidad para con esta tierra, Andalucía.

Quizás no todo sea truco a la hora de dejar sin ejecutar el 40% del dinero de los andaluces destinado a políticas de empleo. Quizás la opción haya sido no gastarlo antes que malgastarlo en todo menos en los verdaderos destinatarios: los desempleados. Quizás el trato haya estado en devolver a Europa 800 millones destinados a la formación antes que destinarlos a alumnos fantasmas y academias piratas, y de piratas. Trato en dejar el dinero de los parados en la caja, antes de que pase a los bolsillos de los beneficiados por ERE fraudulentos.

Si es así, es un buen trato, lamentable pero preferible al truco que supusieron los ERE. Que no fue el truco de cuatro o cinco ´aprovechaos´, como dijo el expresidente Chaves, o chorizos, como dicen en nuestra tierra; no, fue el trato de los casi 300 imputados que participaron en la trama. Demasiados chorizos para tan escaso banquete.