La credibilidad de UGT, por F. Gomis Mas

El nuevo dirigente de UGT ha prometido que va a remediar la gran decadencia de ese como de otros sindicatos. Difícil lo tiene, porque ha ganado por la mínima al grupo más continuista. Mucho peor aún es -cifras cantan- que sólo el uno (sí el uno) por ciento de todos los delegados sindicales han votado contra la desastrosa gestión de Méndez; es decir, que casi todos los partidarios del nuevo dirigente dieron hasta el final apoyo al anterior. ¿Qué cambio real se puede esperar de ellos? La guinda es que Álvarez es partidario del llamado «derecho a decidir» en Cataluña, afirmando que eso no es lo mismo que ser independentista, pero sin puntualizar que para que ese derecho se pueda ejercer democráticamente hay que eliminar el monopolio ilegal de los medios de difusión público por los independentistas y contrarrestar, también durante un periodo adecuado- la hostilidad a España que han inculcado a dos generaciones. De modo que con esas mínimas expectativas de cambio sindical real y esa tendencia de hecho a apoyar al secesionismo habrá que estar muy atentos para no caer en UGT de la sartén al fuego.