Uso repetitivo de las palabras, por Isabel Pavón Vergara

Todavía recuerdo cuando hace unos años el término evidentemente se propagaba como virus imparable en los medios de comunicación. Cualquier sinónimo como obvio, indiscutible, justamente, efectivamente, manifiestamente, tuvo el poder suficiente de reemplazarlo. Hasta hace poco la expresión que más se oía era varapalo, como si al pronunciarla cierto regusto se quedara en la lengua y evitara el uso de contratiempo, disgusto, daño, perjuicio. Hoy tenemos la palabra sorpasso que en política se usa para referirse a un adelantamiento de intención de voto de un partido respecto de otro y que en su origen, allá por 1987, se utilizó como término económico que describía el adelantamiento de un país respecto de otro refiriéndose al Producto Interior Bruto. Su comienzo tuvo lugar cuando el PIB de Italia superó al del Reino Unido. Son terminologías que se ponen de moda en cualquier partido político, en cualquier emisora de radio, periódico o programa televisivo y llegan a cansar tanto que llegamos a detestarlas hasta el punto de hacerlas enfermar de parálisis y devolverlas al pasado. A ver cuál es la siguiente.