China anda loca por el fútbol. El gigante asiático incluso ha introducido el balompié como asignatura obligatoria en los colegios, a la caza de talentos que algún día puedan otorgarle esos éxitos internacionales que ya consigue hasta en natación. La fiebre por el «deporte rey» es de tal magnitud que, con audiencias millonarias y estadios abarrotados, desde este pasado verano militan en la máxima competición local, la Superliga china, cinco de los diez jugadores mejor pagados de todo el planeta.

Justo por detrás de Cristiano Ronaldo y de Messi, nombres propios del firmamento futbolístico como Hulk y Graziano Pelle acaban de aterrizar en la gran competición asiática, donde también brillan Ezequiel Lavezzi, Ramires o Jackson Martínez -todos ellos cobran de 12 a 16 millones de euros por temporada-.

Los estratosféricos desembolsos económicos también miran a los banquillos. El exmalaguista Manuel Pellegrini se ha convertido en el técnico mejor pagado del mundo, con 16 millones de euros por campaña. Y en el cargo de seleccionador nacional, que desempeñó el español José Antonio Camacho de 2011 a 2013, debutaba la pasada semana Marcello Lipi. Al italiano se le ha encomendado, no obstante, una de las tareas más difíciles de su trayectoria: conseguir que China rompa el maleficio contra los arqueros rivales. En su camino hacia el Mundial 2018 de Rusia, el combinado nacional no ha sido capaz de marcar un solo gol como local.

«Los chinos son capaces de copiar de todo. Pero de momento su principal problema es que no tienen delanteros y de momento no saben cómo fabricarlos. Parece difícil que vayan a encontrar alguno. Creo que es un problema de pillería, porque por número de futbolistas, con la de millones de chinos que hay, no es», nos confesaba el pasado martes en la localidad cordobesa de Pozoblanco el entrenador gaditano José González. Durante su etapa como ayudante de Gregorio Manzano en el conjunto del Beijing Guoan, el exfutbolista pudo verificar hasta qué punto se han volcado las grandes ciudades con el balompié. En algunas conviven hasta varios equipos profesionales, igual que ocurre en muchas de las principales potencias europeas.

Si China no padeciera esta insólita fiebre, la afición malaguista jamás hubiese imaginado que tendría que levantarse este próximo sábado a media mañana para dirigirse hacia La Rosaleda. A la una de la tarde, en vez de empezar a pensar en el almuerzo, la masa blanquiazul verá saltar a su equipo para medirse al Deportivo. Cosas de las audiencias millonarias que se registran en Asia. Las mismas que desde hace años deparan encuentros matinales, también en sábado, en la Premier League inglesa.

De momento, para poder disfrutar de los mejores goles del fútbol internacional, en el Lejano Oriente no queda otro remedio que encender a ciertas horas la televisión. Pero quién sabe si no terminarán por encontrar los genes del gol de otra manera. El científico chino Xu Xiaochun apuntó hace ahora un año que la tecnología está «lo suficientemente avanzada como para replicar a seres humanos». ¿Acabarán clonando a Cristiano Ronaldo o a Messi?