Acabo de leer sus declaraciones del 26 de septiembre y no me resisto a hacerle las siguientes reflexiones que, estimo, compartidas por muchos ciudadanos.

Tiene Vd. razón en muchas cosas que dice, pero lamentablemente también hace otras afirmaciones que apuntan a una esquizofrenia política que le está alejando radicalmente de las bases ´electorales´ socialistas.

Me temo que su obsesión por alcanzar la Moncloa a cualquier precio le lleve a su suicidio político, lo cual me importaría un bledo si con ello no arrastrase a una inevitable decadencia del PSOE, partido que abandoné cuando empezó a desvanecerse la E de sus siglas. ¿Dónde está el partido que pueda representar desde el centro izquierda a quienes nos sentimos patriotas españoles? Y también me importa, y mucho, cuando está en juego el estado que ha dado a España los cuarenta años más prósperos de esta milenaria nación llamada Hispania desde el tiempo de los romanos, y de este estado con más de quinientos años de historia.

Permítame que le diga que una de las principales cualidades que debe tener un político que lo quiera ser ´de verdad´, es decir un hombre que aspira a gobernar un estado moderno, debe saber ´priorizar´. Y en estos momentos tan graves, Vd. no parece tener ni idea de lo que eso supone porque no es momento para los tacticismos políticos que le obsesionan. Priorizar significa dedicarse a los problemas fundamentales e inmediatos, y dejar a un lado los menos importantes. Priorizar supone sacrificar incluso tus legítimas aspiraciones cuando intereses superiores lo exijan. Priorizar implica tomar partido inequívoco, sin matices, incluso con y por tu adversario político si hiciera falta, cuando de un bien superior, -que Vd. dice compartir- está en juego. Y no olvide que en estos momentos el pueblo español está tomando nota de las actuaciones de unos y de otros.

Permítame que le diga que su apelación a un diálogo imposible con quienes están dando un golpe de estado es como si cuando pistola en mano Tejero entró en el Parlamento, Vd. se hubiera dirigido a los parlamentarios diciendo que había que negociar con los golpistas que tenían secuestrada la soberanía nacional. Es el mismo caso, con otras formas y protagonistas, de lo ocurrido en el Parlamento catalán violado hace poco por los secesionistas.

Ciertamente no le falta razón en sus críticas a Rajoy, pero permítame que le diga que al presidente del Gobierno lo cesaremos los españoles con nuestro voto cuando proceda, pero no con las maniobras políticas que está Vd. urdiendo, coqueteando con quienes quieren destruir la convivencia en paz del estado fraguado en la Constitución del 78.

Tiene Vd. también razón cuando advierte a Iglesias de que «puede servir de coartada para la declaración unilateral de independencia». Y yo le pregunto, ¿no estará Vd. con sus declaraciones debilitando la necesaria, imprescindible y firme actitud del Estado y del Gobierno frente a los sediciosos de Cataluña?

Y termino expresando un deseo personal. Yo me encuentro ya en la tercera edad, pero confío fervientemente no verle nunca al frente del Gobierno de España.