El deporte español, bien guiado por un buen puñado de nombres propios de la provincia de Málaga y de otros rincones del territorio andaluz, aspira a colgarse las primeras medallas olímpicas en dos disciplinas en las que ya presumimos de tener a grandísimos campeones del mundo. Si en Tokio 2020 soñamos con que suene nuestro himno cuando se repartan las primeras preseas en kárate, no cuesta mucho más imaginar que en París 2024 tengamos en lo más alto a quienes han reinado en kitesurf durante toda una década.

El primer nombre propio en kárate es el del torremolinense Damián Quintero, que además de haber sido campeón mundial y de Europa en la modalidad de katas ha logrado mantenerse durante los últimos años en lo más alto de la clasificación de la Liga mundial de su deporte. Él confía alcanzar, cuando haya cumplido 36 años de edad, la primera cita olímpica de su deporte. Pero a su estela han llegado otros malagueños a la cima continental en distintas categorías inferiores. Sirvan de ejemplo María Torres, Margarita Morata o Ángel Medina, que a raíz de sus medallas en el Europeo de Chipre de 2016, donde también brillaron por equipos Marta Vega y Antonio Jimena, nos hicieron soñar con una significativa representación costasoleña en tierras niponas.

Al kitesurf se le cerró por poco la puerta para ser también novedad olímpica en Japón. Pero todo apunta a que sí estará en la cita parisina que tomará el relevo a Tokio. A la misma podría llegar con 30 años (acaba de cumplir 24) la tarifeña Gisela Pulido. Lo que se pueda decir de ella en cuanto a precocidad siempre se quedará corto, porque su aún corta edad le ha permitido cosechar un total de diez títulos mundiales en la modalidad de freestyle.

La Federación Mundial de Vela considera que más de 1,5 millones de personas ya practican kitesurf en el planeta, con un incremento anual de 100.000 personas. Los deportistas españoles tienen en Tarifa a la meca internacional del viento, pero también pueden disfrutar a media distancia de otros destinos únicos para esta modalidad deportiva como la portuguesa Peniche o la marroquí Dakhla.

Precisamente en este último destino turístico, enclavado en el Sáhara Occidental y que fuese Villa Cisneros desde su fundación hasta que dejase de ser parte del territorio español, se celebrarán del 20 al 25 de febrero las pruebas clasificatorias para Europa y África que determinarán los participantes en kitesurf de los Juegos Olímpicos de la Juventud de este año. A estos últimos se les considera como banco de pruebas del Comité Olímpico Internacional (COI) para la entrada de nuevos deportes.

España aspira a lograr en el auténtico oasis litoral en mitad del desierto que es Dakhla, destino emergente para quienes practican este tipo de deportes, al menos uno de los billetes en juego para esos Juegos de la Juventud que tendrán Buenos Aires como sede. Nina Font defenderá su condición de vigente campeona europea y subcampeona del mundo júnior en la modalidad TT:R (Twin Tip Racing) Slalom, la que combina la velocidad con las carreras de obstáculos.