Dicen que el Marketing es el arte de la persuasión. Málaga, desde el punto de vista del marketing, nunca ha sabido gestionar bien su marca. Nos apuntamos a todo, ahora queremos tener una ciudad cultural, o que destaque por su oferta cultural, pero a la vez queremos ser el objetivo de las empresas tecnológicas para que se implanten aquí. En otro tiempo quisimos ser una ciudad con mucha industria, y a fe que lo fuimos, siendo más relevante que el norte con su fama de grandes industrias.

En este camino de tener claro qué queremos ser también hemos querido ser la Feria del Sur de Europa y «al turismo una sonrisa». No olvidemos los grandes comerciantes de productos de la agricultura y vinos que hemos tenido. También quisimos que Eurodisney estuviera en nuestra tierra y ser el centro del ocio infantil, y no tan infantil, de Europa.

Ahora estamos en ser el polo digital que tiene relación con la Málaga tecnológica pero no es lo mismo. Hemos querido vender tantas cosas que no somos, que al final nos hemos olvidado de en qué somos buenos.

Yo he observado que sí que somos número uno en una cosa, y que casi no se vende. Somos probablemente la ciudad en la que más gente viene y acaba quedándose. Gente que no esperaba venir por mucho tiempo, pero que al final termina sus días aquí. A cada uno de los guiris (gente de Despeñaperros hacia arriba) que se queda siempre le hago la misma pregunta: ¿Por qué te quedas en Málaga? Y casi todo el mundo responde lo mismo: No lo sé, no destaca en nada concreto pero de aquí no me mueve nadie.

Cuando intentas vender lo que no eres es muy difícil hacerlo, sin embargo si persuadimos a la gente y le enseñamos lo que realmente tenemos de bueno, será más fácil nuestro objetivo. Vente a Málaga y te quedarás.