La Sangre tiene tirón. Mucho tirón. Y eso es fácil de comprobar. Carretería estaba a reventar esperando la llegada de esta procesión desde su casa hermandad en la calle Dos Aceras.

El cortejo fue tomando rápidamente la calle Carretería, que se veía espectacular desde la elevación que tiene en su confluencia con Álamos, viendo las largas filas de nazarenos desplegándose con orden y tintando de rojo esta vía. Filas prietas y pobladas de penitentes, en una imagen que no es tan habitual como deseable en Málaga. Bien por ellos.

El trono del Cristo de la Sangre hizo una entrada espectacular en Carretería, de dulce. La Agrupación Musical de la Vera+Cruz, de Campillos, empezó a interpretar la marcha Madre de Dios. Los cuerpos erguidos, el paso lento, suave, con mecida cadenciosa, avanzando casi sin avanzar. Espectacular.

Un poco más arriba, la marea malva de los nazarenos de la sección de la Virgen bajan ordenados. De nuevo, una buena dirección nazarena con filas apretadas. Detrás, suena la Banda de Música de la Paz interpretando Virgen de la Paz. Desde la esquina de Dos Aceras con Carreterías asomó el trono de la Virgen de Consolación y Lágrimas, que abre las calles ante su imponente paso y gracias al esfuerzo de los portadores para manejar un trono de unas dimensiones desmesuradas.