Más de 500 años de historia nos contemplan cada vez que la archicofradía de la Sangre sale a la calle. El poso de la historia se asienta con fuerza en esta hermandad, que destila veteranía. Una historia que convierte su salida procesional en todo un acontecimiento. Las calles Álamos y Carretería están de bote en bote para ver pasar a estos dos tronos, que imponen su rotundidad a cada paso, llenando la calle de historia viva de Málaga y su Semana Santa. Sin embargo, eso no quiere decir que la hermandad sea pasado. También hay mucho futuro. Las filas de nazarenos están plagadas de jóvenes que auguran sangre nueva para la cofradía de la corporación. Sólo hay que ver los frontales de los dos cortejos, el del Cristo y el de la Virgen de Consolación y Lágrimas, con dos secciones de 'guarderías' muy nutridas de nazarenos rojos y lilas.

La entrada del trono del Crucificado de la Sangre en Carretería se hizo a paso lento. Muy lento. Casi sin órdenes. El trono iba llevado por la marcha 'Hacia ti, morada santa' de la Agrupación Musical Vera+Cruz de Campillos. El trono iba anunciando su llegada con su impresionante arco de campana, como un mascarón de proa que se abre camino por las calles de Málaga. "Bien señores, muy bien", se escuchaba al mayordomo de trono animar a sus portadores, al tiempo que les insistía en que fueran con el paso "más corto". No había prisa, sólo música, mecidas y el Cristo de la Sangre.

Mientras el trono del Cristo entraba señorialmente en la calle Carretería, el trono de la Virgen de Consolación y Lágrimas terminaba de maniobrar en la salida. Un movimiento que casi necesita medirse con regla, centímetro a centímetro, para conseguir el giro adecuado. El trono llevaba un lazo en recuerdo del jubilero de la Orden Mercedaria por su 800 aniversario, con el lema bordado 'Redemptionem Misit Populo Suo' (La Redención cayó sobre Su Pueblo), demostrando la vinculación de la archicofradía con esta orden, con la que mantiene viva esta relación. Su primer avance fue a ritmo eléctrico, casi nervioso. Los portadores notaban ya las ganas de la gente de verla desembocar en la calle Álamos para iniciar su procesión. Se paró justo en la frontera. Era el momento. Los toques de campana aunaron el esfuerzo de los 200 portadores, que iniciaron su recorrido por el Centro de Málaga con la marcha 'Consolación y Lágrimas', que interpretó la Banda de Música de La Paz.

Los dos tronos avanzaron por la calle Carretería con empaque y bien secundados por las filas de nazarenos. Málaga llenaba las calles y les esperaba. La historia cofrade sigue su curso.