Veinte años después, Joaquín Salcedo ha vuelto a trabajar para la matriz de la Virgen del Rocío de Almonte, que le ha engargado completar con nuevas piezas (bocamangas, mangas, pecho, cuello y la túnica del Niño) y convertir la saya que ya le bordó y que usa la Virgen cuando sale de Pastora en una saya de diario, de Reina. De nuevo la hermandad filial de Marbella ha corrido con los gastos, aunque en esta ocasión el encargo ha correspondido a la matriz.

Para ello, como reconoce Salcedo, ha tenido que «volver atrás» para adaptar estos complementos a cómo diseñaba y bordaba hace dos décadas. «Entonces bordé esa saya con mucho miedo, porque me dijeron que si no le gustaba a los almonteños se la quitaban». Para ello ha repetido los motivos florales (lirios, amapolas, margaritas...) y los tallos de la saya. Y ha encontrado el mismo tejido de tisú de oro beige, pese a que la fábrica de Valencia donde lo adquirió ya ha cerrado. La saya del Niño, por su parte, está bordada sobre tisú rosa, de restos de la tela usada en la restauración de la saya de la Trinidad.