Antes de ser personaje televisivo deslumbró con su cocina de fusión en 'Nodo' y 'Pan de lujo', que dejó para centrarse en 'Top Chef' y 'Pesadilla en la cocina'. En 2014 abrió su primera taberna 'japocañí', 'Yakitoro', y ya va a por la segunda.

En junio de 2014 abrió su primer Yakitoro en Madrid y va a por el segundo. ¿Cuál es su secreto del éxito?

Está abierto todos los días de la semana y no ha habido ni un servicio que no hayamos llenado, estamos muy orgullosos. No sé si hay un secreto, pero nosotros lo que hacemos es ofrecer al público algo asequible, divertido y delicioso. Igual alguien lo abre con estas premisas y no es éxito. Cuando todo el mundo pensaba que iba a ser el cojograstrorestaurante del de la tele, aparecimos con algo muy al alcance de todo el mundo, muy desenfadado para que si vienes a Madrid o estás paseando por la Gran Vía, comer rico con la familia no te suponga un problema económico.

¿Cocina en su restaurante?

Mucha gente viene esperando ver a Alberto Chicote. Cuando vengo, que son muchas veces, si no estoy grabando o trabajando en otras cosas, cocino por las mañanas porque todo el mundo demanda fotos, saludos... En un principio cocinaba durante el servicio, pero venía muchísima gente que quería saludarme y tenía que desatender la cocina. Estar en misa y repicando no es buena idea. Tengo a gente de máxima confianza al frente de la cocina y de la sala y yo vengo la mayoría de los días a primera hora para cocinar, diseñar nuevos platos y cuando arranca el servicio me dedico a lo que la gente demanda de mí.

¿Cómo será la nueva temporada de Pesadilla en la cocina?

No sé la fecha de estreno, decide la cadena y, aunque suene a coña, me entero en Twitter Lo que si sé es que, aunque parezca imposible, la quinta temporada es bastante mejor que las anteriores porque la productora ha hecho una labor de casting espectacular, hemos viajado a lugares muy particulares, a restaurantes y sitios muy diversos. Hemos hecho por primera vez un camping, algo que me molaba porque yo soy campista; el restaurante de un barco de recreo, en Utrecht (Países Bajos) grabamos un pedazo de programa... Veremos sitios muy diferentes y con problemas muy diferentes. Hay gente que dice que sólo vamos a restaurantes muy guarros y no es verdad, hay problemas muy diferentes.

¿Qué es lo peor que ha visto en un restaurante?

Mucha gente piensa que la suciedad, un bicho, pero no. Eso es consecuencia de desidia, desgana y falta de interés. Cuando uno se encuentra con un propietario que ha perdido la ilusión, las ganas, que el desánimo le invade es cuando tienes una labor dura por delante. Limpiar una cocina es fácil; hacer entender que aplicarse, esfuerzo y trabajo son una ventaja es lo más complicado.

¿Qué le diría a quienes critican formatos como Top Chef?

Top Chef y MasterChef han acercado un mundo desconocido a un gran público y han mostrado que hay gente a la que la cocina le apasiona. Top Chef descubre a gente que ejerce su profesión y siente verdadera pasión por lo que hace y esto engancha muchísimo. Se ha despertado un gusto por cocinar enorme y uno se pone una medalla en el pecho por ello. Con que haya una persona que nunca cocinó y que por ver esto se haya puesto a hacer bizcocho en su casa, ya es la hostia.

¿Volverá a la alta cocina?

Me fío mucho de lo que me dice el corazón y de las cosas que me hacen disfrutar. No echo nada de menos porque con esto disfruto muchísimo. Yakitoro lo hice por necesidad vital y ahora mismo no siento la necesidad de montar el cojogastrorestaurante y buscar estrellas, paso de calificaciones. La gente viene a Yakitoro y lo disfruta mucho y eso me alimenta. Con el paso del tiempo uno aprende a disfrutar de la familia y los amigos y cada día barro más para casa y quiero ser más feliz.

¿Cómo ve la alta cocina en España?

Brillante. La alta cocina de este país es fuera de serie. Lo que no es alta cocina, el nivel de restaurantes de la calle, deja mucho que desear; deberíamos mejorar mucho en ese aspecto. España a nivel culinario es una enseña que nos hace pasear por el mundo con orgullo, pero deberíamos de dar más zapatilla a las bases, a la profesionalidad de gente que trabaja en restaurantes de menús, fijarnos más en la formación y en tener profesionales de mayor calidad. En otros países no ocurre esto.