Por primera vez en lo que va de Liga –tuvo que ser en la jornada 13– Juan Ramón Muñiz repitió once en la presente Liga, algo que echaba en falta la afición. Qué importante es que los seguidores se sepan la alineación ´de carrerilla´, sinónimo de que el técnico tiene claro con quiénes jugar y, de que, con ello, haya mayores opciones de compenetración entre los jugadores malaguistas.

El entrenador gijonés apostó por el mismo once del Sánchez Pizjuán, con seis malagueños, cuatro fichajes –Munúa, Mtiliga, Duda y Obinna– y Nabil Baha.

Si hubiera sido un combate de boxeo, sin duda el envite se habría decantado a favor de los malaguistas en la primera parte. Por puntos. Y es que el conjunto dirigido por Juan Ramón Muñiz tomó claramente la iniciativa desde el pitido inicial, demostró mayor calidad que su rival sobre el penoso césped, gozó de un mayor número de ocasiones de gol y fue perjudicado por un penalti no pitado sobre Baha, además de una falta al borde del área sobre el nigeriano Obinna.

Sólo faltaba la sintonía del gol, merecedora, pero así de injusto suele ser el fútbol a veces. Porque el Osasuna demostró que sólo ofrece peligro si se le dan espacios al malagueño Carlos Aranda o en los movimientos entre líneas de Camuñas. Nada más.

Bien fijadas las marcas de Juanfran y de Masoud por Mtiliga y Manolo, sólo era cuestión de tapar los huecos del siempre escurridizo Camuñas, una labor que le correspondió a Juanito.

El de Nueva Málaga fue un seguro de vida, ora junto al mediapunta osasunista, ora junto al paleño Aranda, que parecía intocable, ya que cada acción en la que participaba acababa en falta a favor del cuadro navarro.

Las acciones a balón parado eran el único recurso ofensivo del bloque de José Antonio Camacho, un equipo ramplón y que hasta la fecha le ha sacado excesivo partido a la calidad de sus integrantes.

El Málaga, por su parte, ofreció mucho más, con Fernando arrastrando a más de un defensa para permitir que Manolo subiera por el carril diestro, con Iván González colosal atrás, con Mtiliga tan eficaz en defensa como activo arriba y con Duda y Apoño solícitos a llevar la manija del partido.

Jarro de agua fría. Sin embargo, aparecieron una vez los fantasmas del ´maldito´ error de siempre atrás. El Osasuna aprovechó un rechace dentro del área, por medio de Masoud, nada más iniciarse el segundo periodo. Por instantes, el choque recordó a la derrota sufrida ante el Racing, en el que el equipo albiceleste hizo todo el trabajo, el esfuerzo, las ocasiones, y los cántabros llegaron dos veces y se llevaron los tres puntos. Eso sí, no era cuestión de volverse locos, sino de mantener el mismo ritmo de la primera mitad, porque quedaban 43 minutos para buscar la remontada.

Muñiz sólo esperó ocho minutos para reaccionar –tuvo que esperar cinco más para poder realizar el cambio–, situó a Edinho en punta de ataque, sacrificó a Juanito, puso a Fernando de mediocentro junto a Apoño y a Obinna volcado como extremo derecho. Al instante, también metió a Forestieri en lugar de Baha, un cambio que provocó los pitos de la grada. Camacho quitó a su hombre más peligroso, Camuñas, y metió a Calleja, que se llevó una gran ovación. Masoud pasó a jugar de mediapunta por detrás de Carlos Aranda.

El Málaga, ya con menos ideas que en la primera parte, busco el gol mediante faltas. Duda, de libre directo, mandó el balón al poste izquierdo de Ricardo, y en el rechace el tiro de Fernando le pegó a su compañero Obinna cuando ya se cantaba el empate.

La consigna en los navarros era clara: aguantar el 0-1 perdiendo el máximo tiempo posible, y con la benevolencia del árbitro. Ya sólo quedaba un cuarto de hora. El Málaga se fue arriba más con el corazón que con la cabeza, con excesiva precipitación en cada acción de ataque. Los pamplonicas, ni llegaron al área malaguista tras su gol. Tuvo que ser, cómo no, de libre directo. Falta provocada por Duda, y la pelota la metió dentro Apoño tras pasar por un rosario de jugadores. Siete minutos para ganar, aunque Masoud perdió tres.

Obinna lo intentó desde fuera del área. Ni por ésas. Cuarto empate consecutivo del Málaga en la Liga. Así no se sale del pozo.